sábado, 24 de abril de 2010

ADELANTE



Justo en el momento en que empezaba a encontrar oscuridad hasta en el sol de mi ciudad.
Justo en el momento en el que la resignación consumia cada dia mi ilusión.
Apareces tú y me das la mano y sin mirarme te acercas a mi lado, y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.

Adelante por los sueños que aún nos quedan, adelante por aquellos que estan por venir, adelante porque no importa la meta, el destino es la promesa de seguir.

Adelante por los sueños que aún nos quedan, adelante por aquellos que estan por venir, adelante porque no importa la meta, el destino es la promesa de seguir.Adelante.

Justo en el momento en que empezaba a sospechar que la ilusión me abandonó sin avisar. Justo en el instante en que empezaba a olvidar, a atreverme a imaginar a inventar.
Apareces tú y me das la mano y sin mirarme te acercas a mi lado, y despacito me dices susurrando que escuche tu voz.

Adelante por los sueños que aún nos quedan, adelante por aquellos que estan por venir, adelante porque no importa la meta, el destino es la promesa de seguir.
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Cuántas veces acontecimientos imprevistos nos obligan a retrasar nuestros proyectos, abordarlos de un modo distinto o incluso hacernos renunciar a ellos. No importa que el camino sea más difícil de lo previsto, lo importante es mantener el rumbo y la confianza en nosotros mismos. Animarnos con un ¡¡¡ ADELANTE !!! porque cada día es una nueva oportunidad para conseguir nuestros sueños.


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sábado, 17 de abril de 2010

Indiferente indiferencia


...La indiferencia es el "apaga y vamonos" de la convivencia, el amianto que nos protege de los fuegos con los que otros quieren asar y condimentar nuestros sentimientos y devenires. Porque el amor y el odio, aunque sea desde extremos bien opuestos siempre aproximan, porque lo único que definitivamente separa es la indiferencia.

Luchar contra lo que no interesa es una opción muy personal. Pero la lucha muchas veces provoca la contrarréplica, el uno frente al otro, la rueda de las malditas historias interminables.

La indiferencia es envolverse de la suficiente indignación para irse sin ruido, recuentos ni historia. Es el adiós de boca cerrada, aquella en la que, como dice el dicho popular, no entran moscas.

Ángela Becerra



Opino que no hace daño quien quiere, sino quien puede. No nos podrá hacer daño aquel ante el que nos mostramos indiferentes, aquel que no es capaz de despertar en nosotros querencias, pero tampoco rencores ni odios. La indiferencia es el muro de hormigón de los sentimientos.

Lamentablemente ese muro hay quien también lo levanta ante las calamidades y sufrimientos ajenos, como un impermeable que evita que cale en sus sentimientos.
Una actitud que a veces tan solo es el escudo que esconde las fisuras emocionales y afectivas de quien lo porta.

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jueves, 8 de abril de 2010

Homenaje a Miguel Hernández


Uno de mis poetas preferidos es Miguel Hernández. En este año se cumple el centenario de su nacimiento y muchos son los homenajes que se están haciendo a su persona. Me gustaría aportar mi pequeño granito de arena trayendo al blog uno de los poemas que más me gustan de cuantos escribió:

LA NANA DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

Dedicadas, desde la cárcel, a su hijo, después de recibir una carta de su mujer en la que le decía que no comía más que pan y cebolla.


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viernes, 2 de abril de 2010

¿Solidaridad?


Cuenta la leyenda que cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.


En una sociedad que adolece de falta de valores, según las continuadas quejas de los ciudadanos, la solidaridad, tal vez sea uno de los valores en alza y con más prestigio social. Sin embargo, para mi, es la muestra más clara de la creciente hipocresía social.

Ante grandes catástrofes, tipo Haiti o Chile, hay una gran movilización solidaria, empezando por los gobiernos y artistas más renombrados, lo que crea una corriente empática/simpática que nos hace que todos nos pongamos en movimiento y mostremos nuestro lado más amable y solidario con las victimas. Eso está muy bien. Nuestras conciencias quedan satisfechas y calladas.

Pero ¿qué pasa en el día a día? Es creciente el número de personas "abandonadas" que viven a nuestro lado, gentes con muchas carencias, junto a las que pasamos sin apenas percatarnos de su presencia, sin preocuparnos por sus circunstancias y adversidades.

Hemos llegado a un punto en el que sentimos un gran pudor por la intimidad, propia y ajena. Nos recluimos en nuestra parcela personal, ya sea en nuestros hogares, en nuestro área de trabajo, en nuestro entornos social... y tal vez por un mal entendido "respeto a la intimidad ajena" , nos desentendemos de los que están fuera de ella; incluidos, en muchas ocasiones, nuestros propios ancianos y familiares, vecinos,conocidos... en situaciones adversas.

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