Menopausia y
andropausia son periodos de crisis,como cualquier otro tiempo de tránsito de una etapa a otra del ciclo vital.
Durante muchos años se ha hablado casi exclusivamente de la menopausia, como si el declinar hormonal fuese solo cosa de mujeres y no afectase al género masculino.
La andropausia Se conoce también como Síndrome de Adam, que no es ninguna referencia bíblica sino las siglas de Androgen Deficiency Aging Male y que se podría traducir como Andrógeno Deficiencia de la Ancianidad Masculina.
Se produce una significativa disminución en la producción de testosterona, hormona masculina; sobre todo a partir de los 60 años.
Además de un declive gradual de todas las funciones fisiológicas del hombre, desde las cognitivas hasta las físicas:
Entre los 55 y los 60 años, los hombres comienzan a sentir que su capacidad de concentración y memoria disminuyen.
Perdida de fuerza muscular.
Como ocurre en las mujeres, se produce un incremento de la grasa y cambia la distribución de la misma en el cuerpo.
La masa ósea se reduce y puede aparecer la osteoporosis.
Descienden tanto el interés sexual (o libido) como la potencia sexual.
Se pueden producir alteraciones en el ritmo de sueño.
Se registran cambios en el carácter, surgen depresiones de mayor o menor severidad, se pierde el interés por las cosas y se suceden cambios emotivos y del estado de ánimo de forma inopinada.
La andropausia no es ninguna enfermedad ni estigma, es un proceso fisiológico como lo es la menopausia y el climaterio en la mujer.
La aparición de síntomas como decaimiento, disfunción eréctil, pérdida de interés por el sexo, tristeza, etc. en un hombre adulto de más de 55-60 años, ha de hacer pensar en ella y ser motivo suficiente para acudir al médico en busca de la ayuda necesaria para superar la situación.
La terapia hormonal sustitutiva masculina no está muy extendida, al contrario de lo que ocurre entre las mujeres, que cada vez recurren más a esta clase de terapia.
Hoy, el tratamiento masculino se realiza mediante testosterona. En España sólo se comercializa como inyectable intramuscular que se absorbe lentamente, por lo que se administra cada 2-3 semanas
La menopausia
En esta etapa, un 80% de mujeres experimenta algún cambio físico o emocional; no todas las mujeres presentan los mismos síntomas y no siempre es necesario seguir un tratamiento médico. Los expertos aseguran que lo más importante es conocer las manifestaciones propias de este proceso y adquirir hábitos de vida más saludables para aumentar el nivel de bienestar durante el último tercio de vida.
Los ovarios disminuyen su producción de hormonas, principalmente estrógenos, andrógenos y progesterona. Para hablar de menopausia han de transcurrir doce meses sin periodo menstrual. Antes de que desaparezca por completo la regla, se pueden producir desajustes en los ciclos, se trata de la premenopausia. La etapa posterior a la desaparición de la menstruación es la posmenopausia. El conjunto de estas tres fases es lo que los médicos llaman
climaterio.
El CIM (Centro de Información de la Menopausia )expone cuáles son los síntomas más conocidos de la menopausia:
Los sofocos: Es una sensación repentina de calor en la cara, cuello, pecho y espalda, que produce un enrojecimiento transitorio de la piel. La duración media es de dos minutos y pueden ir acompañados de sudoración y frío.
Atrofia vaginal: Disminuye la lubricación y elasticidad vaginal, produciendo una sensación de escozor, tirantez o sequedad. Como consecuencia, las relaciones sexuales pueden ser dolorosas y existe mayor facilidad para tener infecciones vaginales.
Alteraciones de uretra y vejiga: Dolor al orinar, incontinencia urinaria, micciones continuas y aumento en la frecuencia de infecciones urinarias y cistitis.
Cambios psicológicos: Los más inmediatos y conocidos son los cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, depresión, cansancio y alteraciones del sueño.
Alteraciones de la piel: La pérdida de hormonas conduce a un estado de envejecimiento cutáneo, por lo que en la piel se pueden apreciar síntomas de adelgazamiento, sequedad, pérdida de elasticidad, pigmentaciones, arrugas y manchas.
Osteoporosis: Es una enfermedad en la que la calidad y la densidad mineral del hueso se deterioran progresivamente, llevando a la debilidad del esqueleto y al aumento del riesgo de fracturas, las más frecuentes en la columna vertebral, muñeca, cadera y pelvis.
Cuando los síntomas de la menopausia son de baja intensidad o no molestan a la mujer no es necesario seguir un tratamiento hormonal.
Si los síntomas de la menopausia impiden a la mujer llevar una vida normal, puede someterse a una terapia hormonal sustitutiva (THS), con el fin de reemplazar las hormonas que antes producían los ovarios
También existen tratamientos alternativos no hormonales para combatir los síntomas de la menopausia:
Los fitoestrógenos: Son sustancias de origen vegetal que están presentes en el grano de la soja, un componente básico de la dieta oriental. Se sabe que la mujer oriental presenta una menor incidencia de sofocos, de cáncer de mama y de enfermedades cardiovasculares.
Tratamientos de vitamina D y calcio: La primera permite la absorción del calcio a través del intestino y su incorporación a los huesos, para combatir la osteoporosis
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