
“De todo lo que saben hacer los brazos, lo más bello es abrazar; y también lo más profundo; mucho más que bailar, nadar o conducir porque estrechar a alguien entre los brazos sale del alma. Al nacer nos recibe un abrazo y esa experiencia, recordada como un refugio, queda para siempre en la memoria. Pero los más deseados son los abrazos amorosos. Entonces abrazar es aferrar, sujetar, envolver, encarcelar un poco… no queremos que esa persona se vaya nunca. Cuando se abraza con los ojos cerrados se detiene el mundo por un momento, un segundo eterno -”abrázame mucho”, “quédate así”- luego se recobra el movimiento.” Pilar Varela
Hace años tuve a un familiar ingresado en un hospital infantil, recuerdo a dos niños de apenas tres años ( aunque parecia que tenian solo unos meses de vida) que habian nacido con graves problemas de salud y su vida se habia desarrollado practicamente en el hospital. Ninguno de los dos recibia visitas de sus familiares.
Las enfermeras nos pedian que nos acercaramos a sus cunas , les sonrieramos y hablaramos.
Ellas, en sus escasos ratos libres, les envolvian en sus brazos y les abrazaban; sin duda sabian que esa era la mejor medicina para ellos.
De hecho algunas investigaciones han demostrado que la falta de caricias, puede provocar en el bebé un retraso en su desarrollo psicológico y una degeneración física que incluso le lleve a la muerte a pesar de tener el alimento y la higiene necesarios para sobrevivir.
Ellas lo habian aprendido con la práctica diaria.
Actualmente los profesionales de la medicina reconocen el contacto físico (tacto terapeútico) como una útil herramienta para la curación del enfermo: ayudan a mejorar los estados depresivos y de ansiedad, alivian el dolor, acrecientan la voluntad de vivir en los enfermos.

Esta es la fotografía de un artículo llamado "El abrazo del rescate". El artículo habla de la primera semana de vida de un par de gemelas. Cada bebé ocupaba una incubadora, según las normas del hospital. Uno de las gemelas se encontraba sana, pero la otra tenia pocas esperanzas de sobrevivir. Una enfermera del hospital , contraviniendo las normas, puso a ambas gemelas en la misma incubadora.
Cuando las pusieron juntas, la más sana de las dos, puso su brazo sobre su hermana, "abrazandola". El ritmo del corazon del bebe mas pequeño se estabilizó y su temperatura se normalizó.
Ambos bebes sobrevivieron. Y el hospital cambió sus normas después de ver el efecto que produjo a los bebes el estar juntos.
El contacto físico es no solo beneficioso sino necesario para nuestro bienestar emocional.
Al abrazar se involucra una gran parte del cuerpo, las personas se envuelven mutuamente, liberando y compartiendo sentimientos, mientras queda en segundo plano todo lo demás, para disfrutar de esa manifestación de confianza, afecto y entrega.
Abrazar y ser abrazados es un arte que se aprende con la práctica. Cuanto más habitual resulte, mejor podremos distinguir el abrazo tierno y cariñoso del curativo, del consolador, del que nos transmite seguridad o de ese otro contacto de carácter abierta o provocativamente sexual.
Hay un dicho según el cual necesitamos cuatro abrazos al dia para sobrevivir, ocho para mantenernos, y doce para crecer. ¡ Qué mejor terapia!
Mi abrazo para todos cuantos me leeis.