
A través de un estudio que analiza la importancia que tiene para los españoles el sentido del olfato, se ha llegado a la conclusión de que, más allá de su capacidad sensorial, este tiene un componente emocional muy fuerte.
Según M.Segura (directora del gabinete psicológico, Espacio Común.Madrid) "los aromas nos evocan recuerdos, nos motivan sensaciones, nos transmiten deseos y nos potencian apetitos". Ocho de cada diez entrevistados afirma que los olores tienen la capacidad de hacerles recordar algo que les ocurrió en el pasado e incluso les ayuda a generar recuerdos.
Estos recuerdos vinculados a olores suelen asociarse a situaciones vividas, a la infancia o a gente conocida (uno de cada tres señala que existe una relación directa entre el perfume y la persona a la que se lo asocian); algunos de los consultados asocian también los olores con ciudades visitadas, amigos o anteriores parejas.
Aunque la mayor ventaja del olfato es poder disfrutar de los diferentes tipos da aromas, curiosamente a la mitad de los entrevistados para el estudio les produce más emociones positivas el olor de las personas a las que quieren que los perfumes o los aromas culinarios.
Esta es una época especialmente evocadora de aromas. Aromas unidos a las tradiciones culinarias, que nos remontan al recuerdo de nuestras madres ajetreadas en la cocina preparando cenas y comidas apetitosas, a reuniones familiares entorno a una esmerada mesa. Aromas de reencuentros. Olores que recuerdan las primeras fiestas nocturnas para celebrar el nuevo año, de aquellos primeros vestidos de fiesta, de perfumes elegidos para la ocasión. Olores a chocolate con churros, saboreados con ojeras y pies doloridos y confeti entre las ropas.
Hoy, esos aromas serán los olores evocadores en el recuerdo de mis hijos. Olores y emociones. Emociones y aromas del recuerdo.
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