sábado, 20 de diciembre de 2008
El limbo de las palabras.
Muchas son las veces que nos lamentamos por lo que hemos dicho o hecho, pero otras también por lo que dejamos de hacer o por lo que callamos. Son esas palabras y sentimientos que quedan suspendidos en el "limbo".
Callamos porque damos por supuesto que las personas que queremos ya lo saben y no nos molestamos en expresarselo. Otras preferimos anclarnos en un silencio acusador, y es el tiempo quien se encarga de crear un poso amargo que enturbia los sentimientos.
A veces callamos porque nos instalamos en un confortable e insolidario individualismo que nos impide dar el paso y buscar el encuentro, el diálogo, sin pensar que aquello que deja de cuidarse termina por marchitarse.
Rescatemos las palabras de ese limbo y devolvamosle el brillo y la mágia que tienen, expresemos lo no expresado, aclaremos lo que nos amarga, recuperemos los momentos de amistad... porque quizás mañana sea tarde para hacerlo.
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1 comentario:
Ultimamente me arrepiento mas de lo que he dejado de decir...y también de lo que no dicen los demás por miedo...
Solo nos damos cuenta de todo esto cuando perdemos a alguién, es triste...
Un beso
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