lunes, 10 de mayo de 2010

La envidia



Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
Huyo un día, y ella no desistía, dos días y nada...En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No he tenido este precedente con nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No
- ¿Yo te hice algún mal?
- No
- Entonces, ¿Porqué quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar...



Es probable que en alguna ocasión nos hayamos preguntado cuál es el motivo por el que algunas personas nos convierten en el blanco de sus envidias, sin que nosotros sintamos que hemos hecho nada por merecer sentimiento tan negativo.

El psicólogo y psiquiatra español Enrique Rojas aconseja: "los que se sientan blanco de envidias de compañeros de trabajo, de estudio, vecinos, amigos y hasta de familiares, deben saber que lo más importante es preservarse, no exponerse a situaciones que provoquen y agudicen ese sentimiento; entender que el envidioso no puede dominar lo que le pasa, es una situación que le genera sufrimiento e insatisfacción "

Con un poco de empatia no es difícil comprender al envidioso y sentir cierta tolerancia por sus malsanos sentimientos, pero no siempre es fácil estar a salvo de la envidia que podemos provocar en el otro; entre otras cosas, porque no es fácil descubrir al envidioso, que a menudo se camufla en una apariencia amable y cariñosa delante nuestra, pero que a la vuelta, nos "apuñala" sin piedad.

La envidia nace de un sentimiento de carencia, que puede ir desde la belleza, el amor, el éxito, los bienes materiales, la fama... por eso una persona puede ser hermosa, acaudalada, exitosa y sin embargo sentir envidia.

El filósofo español Miguel de Unamuno sintetizó este sentimiento con crudeza. "La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual".

Más de una vez he escuchado(y puede que hasta dicho)la expresión:" tener envidia sana" , para mi es una confusión con la admiración; sentimiento muy distinto, porque quien admira se alegra de los éxitos ajenos, pero quien envidia se alegra de los fracasos ajenos y padece los éxitos de aquellos a los que envidia.

Es lamentable que muchos prefieran escuchar nuestras frustraciones, nuestras penas y sinsabores antes que nuestros éxitos; imagino que es una forma de consolarse de la propia decadencia, porque siempre va a ser más fácil superar a un fracasado que a un exitoso.


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22 comentarios:

Tita dijo...

Buen consejo el de Enrique Rojas de no exponerse. Hay que ser discreto, la verdad, con todo, porque somos capaces de envidiar lo más nimio o a lo que no damos importancia...

Mal sentimiento, amarga a más de uno

Besos

Azul. dijo...

Mala cosa la envidia. Es como un trastorno que hace sufrir a quien lo padece, y tanto o más a los que la sufren.
Hay personas que tienen envidia de TODO, y cuando digo todo, me refiero hasta de las "desgracias", hasta de una desgracia pueden "ver" una situación que les favorezca ante los demás.
Lo peor es que muchas veces va camuflada, y cuando lo descubres te quedas de piedra.

Si, hay que cuidarse.

Un abrazo, Carmen.

Pluvisca dijo...

La envidia es el único pecado capital que no saca provecho y al mismo tiempo el más extendido...

Creo que la envidia es la parte mas oscura de una persona, si, de esas personas con baja autoestima que solo se sienten bien si ven al que envidian, fracasar o pasarlo mal...

Muy buen consejo el de Rojas.

Un abrazo cálido

Camino verde dijo...

Enrique Rojas, dime de que presumes... y te diré quien eres.
Buscar, gatopardo.blogia El fraude del doctor Rojas

Carmen dijo...

Es cierto que quien presume y se expone tiene más oportunidades de ser envidiado. Pero en ocasiones el envidioso no dirije su envidia a lo que tiene el otro, sino a lo que es y ahí es muy difícil protegerse.

Sí, de los peores sentimientos

Un abrazo, Tita

Carmen dijo...

Así es, Azul; hay personas que hasta en las desgracias quieren quedar por encima y sienten celos y envidia de las cosas más absurdas.

No dudo que el envidioso sufra, pero también lo hace quien descubre que es envidiado sin haber dado motivo, porque está expuesto a las criticas, rechazo y al daño que quiera causarle el envidioso.

Un abrazo

Carmen dijo...

También yo creo que es un problema de baja autoestima e inseguridad´. Lo malo es que no solo se hacen daño a ellos mismos, sino también a los demás y, aunque se quiera comprender, se hace muy difícil tolerar este tipo de conducta.

Dicen las malas lenguas que es uno de los mayores defectos de los españoles, aunque imagino que "en todas partes cuecen habas"

Un abrazo

Carmen dijo...

Teresa,

Una buena autoestima y evitar comparaciones es el mejor remedio para la envidia, sin duda.

Un abrazo

Carmen dijo...

Interesante información, Camino verde, aunque este no es espacio para debatir sobre E. Rojas Marcos, preferiría hacerlo sobre la envidia.

Un saludo.

emilio dijo...

La envidia, como motivación puede ser hasta buena, aunque intentemos disfrazarla con otras palabras.
Es algo que va ligado al género humano y es difícil esquivar. ¿no?. Pero bueno, hay que saber limitarla o encauzarla para bien.

Un abrazo.

Paco Mira dijo...

La envidia muchas veces es la imaginación del éxito donde solo vale el poder, la mente cuando se siente fustrada la persona maquina historias increibles donde la envidia es el principal actor de la pelicula, comienza a ver fantasma donde no los hay, se montan unas peliculas increibles...siempre en todas falta honestidad para decirle vete al carajo deja vivir en paz....cuando uno es real, honesto, es cuando la envidia no tiene cabida en su mundo.

Un abrazo.

Paco Mira dijo...

La envidia muchas veces es la imaginación del éxito donde solo vale el poder, la mente cuando se siente fustrada la persona maquina historias increibles donde la envidia es el principal actor de la pelicula, comienza a ver fantasma donde no los hay, se montan unas peliculas increibles...siempre en todas falta honestidad para decirle vete al carajo deja vivir en paz....cuando uno es real, honesto, es cuando la envidia no tiene cabida en su mundo.

Un abrazo.

Flautista de Neón dijo...

Hola Carmen. No había contestado a este post, porque lo confundí con otro, de otro blog, que tenía la misma entrada con el mismo relato, y que ya había comentado, jejejeje,... Menudo despiste.

Pues coincido con Unamuno, la envidia es peor que el hambre.

Un abrazo, desde mis islas.

lanochedemedianoche dijo...

No existe la envidia buena, o es o no lo es, la envidia como todo sentimiento, no es buena para el ser humano.

Besos

Carmen dijo...

Emilio,

Creo que confundimos la envidia buena o "sana", con la admiración y el deseo de alcanzar aquello que admiramos. Lo que es motivador y, por tanto, positivo.

Un abrazo

Carmen dijo...

Así es, Merl cuando uno es honesto, coherente con su vida y respetuoso consigo mismo y con los demás, la envidia no tiene cabida en su mundo; no necesita compararse con nadie.
Lástima que esa no sea "Conditio sine qua non" del ser humano.

Un abrazo

Carmen dijo...

¡Qué casualidad, Flautista!

Es el texto ideal para comentar la envidia.

El tema me vino "dado" después de una reunión donde la envidia quedó claramente al descubierto. En un caso, esperado. En otro inesperado y por tanto, doloroso.

Un abrazo.

Carmen dijo...

Opino como tu, Medianoche, la envidia es un mal sentimiento; tanto para el que la sufre como para el que es victima.

Un saludo.

Contrapunto dijo...

No me considero una persona envidiosa, me alegro del bien de los demás, pero he aprendido que no hay que generar envidias, pocos son los que se alegran cuando las cosas te van bien, lo notas en su cara, por el contrario se regodean con las frustraciones.

"La felicidad de unos, hace infelices a otros" es muy cierto.
Un beso

Reflexiones de Emibel dijo...

Unos pensamientos muy interesantes.
No creo que haya envidia sana ó insana, la envidia...envidia es.
Un mal muy de actualidad en nuestras vidas personales, laborales y siento decir ésto pero así es, más dada entre las mujeres que en el sexo masculino.
Puedo admirar, no envidiar.
Besos, preciosa.

Carmen dijo...

Contrapunto,

Desde luego hay que ser prudentes y más vale pecar de humildes que de vanidosos. Pero mucho me temo que a veces no basta con eso, hay gente dirige su envidia hacia alguien y cualquier nimiedad les provoca.

Un beso

Carmen dijo...

Emibel,

Creo que cualquier reflexión sobre la envidia siempre es interesante, sobre todo cuando podemos contrastar diferentes puntos de vista.

De siempre he oido que es un mal de los españoles, aunque imagino que también la habrá en otros lugares.

Siempre creí que era más cosa de mujeres que de hombres, pero observando y escuchando he llegado a la conclusión de que se da por igual; no es cuestión de género ¿tal vez hemos cambiado en esto con los nuevos tiempos?

Un abrazo.