domingo, 24 de octubre de 2010

Cuestión de afecto


Cada día me cabe menos duda de que somos gentes de grandes gestos, de grandes gestas, pero nos perdemos en los pequeños detalles, que son los que al fin y al cabo, hacen el día a día y el que nos sintamos más o menos congratulados con el resto de la humanidad.

Me conmuevo cuando ante una catástrofe llegan gestos de solidaridad de todos los rincones del planeta. Cuando leo que seis de cada diez ciudadanos han hecho donaciones a alguna ONG. Y sin tener que ir tan lejos, cuando en mi comunidad o en la localidad en la que vivo se organizan carreras solidarias en apoyo a tal o cual causa, manifestaciones en favor de alguna causa noble o persona necesitada. En esos momentos me siento orgullosa de pertenecer a ese grupo humano, a esa comunidad, a esa humanidad.

Pero después me enfrento al día a día y no veo los tan supuestos buenos sentimientos por ningún lado. Codazos para entrar antes al tren y encontrar un asiento, enfrascamiento en la lectura y "vista gorda" para evitar ceder el asiento a la embarazada, al anciano... los autobuses llenos en la puerta de acceso (las horas punta son muy malas) mientras por el centro la gente va cómoda y holgada, sin intención de ceder un milímetro. Malas pasadas al volante que nos ponen en peligro de accidente, por no hablar de los gestos insultantes.
Una mujer sube cargada las escaleras de su portal y mientras tira de un carrito de la compra cargado intenta abrir la puerta. Los niños siguen jugando al balón.
Una mujer yace sobre el suelo de una estación y la gente pasa por su lado sin intención de socorrerla. Lo vemos por las teles de todo el mundo. Seguramente nos escandalizaremos, pero yo lo he visto en las calles de mi ciudad y la actitud es la misma.
Son solo pequeños ejemplos, pequeñas muestras de nuestro día a día, que me hacen dudar de la generosidad, de la solidaridad, de la ejemplaridad de la raza humana.

Probablemente el problema sea que nos falta afecto hacia nuestros semejantes.

.

martes, 12 de octubre de 2010

No puedo con la vida


Resulta que una cree que poco a poco (¡demasiado poco a poco!) los hombres empiezan a considerar a la mujer como su igual, con las mismas capacidades, con los mismos derechos y con opción a idénticas oportunidades.
Y de pronto en una conversación, tengo que oir lo "bonito" y "estimulante" que queda una mujer guapa en una oficina, aunque no sepa hacer ni un simple presupuesto. Mucho mejor,¡dónde va a parar! que una fea y eficiente.
Los ojos se me abren de par en par y la boca se me queda abierta en una expresión de asombro total. Cuando reacciono, me debato entre explotar y explicar cuatro cositas o dejar al infeliz con sus ideas a ver si tiene la suerte de encontrar "un florerito" que le haga la vida más llevadera.
Y lo peor, es que no es el único.

De regreso a casa tengo que escuchar aquello de "mujer tenía que ser". No a mi, porque iba en el bus, pero vamos, que seguro que alguno( y alguna, que también las hay) me lo ha dicho alguna vez. Y pienso ¿Le pagarán copyright al que inventó la frasecita? Espero que si y que con lo que haya recaudado se haya hecho mirar lo de la memez.

Pongo la tv y veo a unas señoritas "monísimas" aplaudiendo las gestas de un deportista. Nunca entendí el por qué y aún menos entiendo que, contando con un ministerio de igualdad, se siga haciendo.

Leo en el periódico que el machismo perdura en los más jóvenes y que una buena parte de actitudes machistas son bien vistas tanto por los chicos como por las chicas.
Las jovenes ven "normal" que su chico tenga celos y no le permita vestir ciertas prendas, por ejemplo.

Pues eso, que queda inaugurada la sección :NO PUEDO CON LA VIDA

jueves, 7 de octubre de 2010

Reencuentro


Y de repente... estas ahí, delante de mi, puedo verte con total nitidez.
Pregunto a alguien que me acompaña (no sé quien es) si puede verte también. No hay respuesta.
Me adelanto y me fundo en un gran abrazo contigo. Te siento.
Me inunda una gran sensación de paz, una enorme serenidad y alegría.
Despierto.
La sensación sigue en mi aunque hayan pasado los dias.


.