Erase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar,
y se metio a jardinero.
Estaba el jardín en flor,
y el jardinero se fue
por esos mares de Dios.
(Antonio Machado)
Siempre estaras en nosotros, jardinero de sueños
.
Erase de un marinero
que hizo un jardín junto al mar,
y se metio a jardinero.
Estaba el jardín en flor,
y el jardinero se fue
por esos mares de Dios.
Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.
Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.
Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes,
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora
-pan, vino, amor y cólera-
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.
He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.
He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.
Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad y uno empieza a aprender…
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno aprende que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale,
y uno aprende y aprende… y con cada día uno aprende.