miércoles, 30 de septiembre de 2009

Los grandes guijarros


Durante un seminario en los Estados Unidos, en la célebre universidad de Harvard, se solicitó a un viejo profesor de filosofía que diera una conferencia ante los más altos dirigentes del planeta.

Su tema era el tiempo.

Aquellos hombres y mujeres responsables del destino del mundo estaban muy ocupados y el profesor sólo disponía de una hora para exponer su enseñanza. Se presentó ante la ilustre concurrencia y saludó con una sonrisa. Examinó lentamente los rostros, uno a uno, luego tomó la palabra con una voz dulce que contrastaba con la agitada actitud de su auditorio. Sus gestos pausados y lentos eran otras tantas inclinaciones a la serenidad.

Se agachó y tomó, bajo la mesa tras la que estaba, un gras bote de cristal transparente que colocó con precaución, ante él. Luego sacó, también de debajo de la mesa, una docena de guijarros grandes como naranjas, y los depositó uno a uno en el recipiente. Cuando éste estuvo lleno y fue ya imposible añadir un sólo guijarro, levantó despacio los ojos hacia la concurrencia y preguntó: "¿Está el bote lleno?" Todos respondieron:

"Sí"

Cuidó el efecto y prosiguió: "¿De verdad?"

Se inclinó de nuevo y tomó de debajo de la mesa una bolsa de grava que vertió sobre los guijarros. Agitó un poco un poco el recipiente, y la grava se infiltró entre los guijarros...hasta el fondo.

El profesor miró a su auditorio y preguntó: "¿Está lleno el bote, ahora?"
La concurrencia, perpleja, vacilaba cuando alguien soltó: "¡Probablemente no!"

-Bien."- opinó el sabio.

Con infinitas precauciones, aún, sacó de debajo de la mesa un cubo de arena cuyo contenido vació sobre las piedras.

La arena se introdujo entre los guijarros y la grava.

De nuevo, preguntó: "¿Está lleno el bote?"
-No- asestaron los espectadores.

Y como todos esperaban, tomó una jarra llena de agua y la vertió hasta llenar por completo el bote inicial.

Esta vez, dijo, "Creo que el bote está lleno"
Y todos asintieron.

"¿Qué gran verdad nos enseña esta experiencia?"

Pensando en el tema del curso, la gestión del tiempo, uno de los dirigentes se arriesgó a responder: "Ha querido usted demostrarnos que el tiempo es comprimible y que incluso cuando nuestra agenda está sobrecargada siempre es posible añadir algunas citas más.

El maestro sonrió.

"La gran verdad que nos enseña esta experiencia es que si yo no hubiera puesto los guijarros grandes primero, no hubiera podido hacerlos entrar todos luego"

Un profundo silencio acogió sus palabras. Todos tomaban conciencia de la evidencia de aquellas frases, sin comprender sin embargo su sentido.

"¿Cuáles son los grandes guijarros de su vida?", prosiguió el maestro. "¿Cuáles son sus prioridades absolutas? En una palabra, lo esencial de su existencia. ¿Su familia?, ¿Su salud?, ¿Sus amigos?, ¿Realizar sus sueños?, ¿Cultivarse?, ¿Defender una causa?, ¿Tener tiempo?, ¿Ser feliz? La lección que debemos sacar de este experimento es que debemos siempre dar primacía a lo ESENCIAL, de los contrario nos arriesgamos a que nuestra existencia se nos escape. Si se da prioridad a las menudencias (la grava, la arena), nuestra vida no irá hacia lo ESENCIAL."

La concurrencia escuchaba en silencio estas frases llenas de sabiduría.

Entonces añadió el profesor: "Háganse cada día la pregunta: ¿cuáles son los guijarros grandes de mi vida? Y colóquenlos prioritariamente en su bote."

Tras estas últimas palabras, el viejo profesor saludó al auditorio y, lentamente, abandonó la sala. Conmovida hasta las lágrimas por esta lección de sabiduría, la concurrencia aplaudió.



Seguro que en alguna ocasión hemos pensado que no tomamos la decisión correcta al encaminar los pasos en nuestra vida. Seguro que más de una vez nos hemos recriminado por ello y hemos jugado con la idea de cómo hubiese sido todo, para de nuevo volvernos a reprochar por esa "mala" decisión. Puede que el problema esté en que ni siquiera nos hemos preguntado por nuestras preferencias en la vida y por cuál es su orden.

Hubo un momento en que pensé que entraría en el bote todo lo que yo quisiera, todo lo que me propusiera , con el tiempo me di cuenta de que no había cabida para todo. Ahora estoy convencida de que si lo ESENCIAL no hubiese ocupado ese primer puesto, probablemente hubiese quedado fuera. Y eso si hubiese sido una mala decisión.


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lunes, 28 de septiembre de 2009

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cuento Sufí




“Todos los días Nasrudin iba a pedir limosna a la feria, y a la gente le encantaba hacerlo tonto con el siguiente truco: le mostraban dos monedas,una valiendo diez veces más que la otra. Nasrudin siempre escogía la de menor valor.

La historia se hizo conocida por todo el condado. Día tras día grupos de hombres y mujeres le mostraban las dos monedas, y Nasrudin siempre se quedaba con la de menor valor. Hasta que apareció un señor generoso, cansado de ver a Nasrudin siendo ridiculizado de aquella manera. Lo llamó a un rincón de la plaza y le dijo:

—Siempre que te ofrezcan dos monedas, escoge la de mayor valor. Así tendrás más dinero y no serás considerado un idiota por los demás.

—Usted parece tener razón —respondió Nasrudin—. Pero si yo elijo la moneda mayor, la gente va a dejar de ofrecerme dinero para probar que soy más idiota que ellos. Usted no se imagina la cantidad de dinero que ya gané usando este truco. No hay nada malo en hacerse pasar por tonto si en realidad se está siendo inteligente.”


Siempre he pensado que , en lineas generales , es mejor ir por la vida con un puntito de tonto inteligente que de listo o listillo ignorante.

El primero aprenderá de aquellos que tengan algo productivo que enseñarle porque está abierto a nuevos conocimientos y oportunidades ; además la gente suele crecerse ante un buen escuchante y dar lo mejor de si misma, poniendo a merced de quien le escucha sus conocimientos y habilidades.

El segundo lo más probable es que solo se escuche a si mismo y se pierda la oportunidad de seguir aprendiendo y creciendo

El placer de un hombre inteligente es aparentar ser idiota delante de un idiota que aparenta ser inteligente


Pero además este cuento sufí nos regala otra enseñanza didáctica: No siempre es lo que parece.
Es importante tener en cuenta la opinión que de nosotros tienen los demás , pero esta no debe condicionarnos o afectarnos. Es mucho más importante la opinión que tenemos de nosotros mismos.


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martes, 15 de septiembre de 2009

Hijos del anhelo de la vida



Casi todos hemos pensado o más bien fantaseado con una idea: la posibilidad de volver a nacer, con todos los conocimientos y experiencias que hubieramos acumulado hasta ese momento. Seguro que cambiariamos muchas de las cosas que hicimos, o hariamos aquellas que dejamos de hacer.

Lo que es alto improbable, salvo en las películas cuya argumento es la utilización de una máquina del tiempo ; y aún en estas la conclusión es que nada puede ser cambiado so pena de alterar la Historia.

Pensamos , bienintencionadamente, que todo ese cúmulo de experiencias que hemos vivido y acumulado podriamos trasmitirselas a nuestros hijos, evitandoles así tomar decisiones erróneas, en el afán que nos mueve a los padres por allanarles el camino, limando asperezas y redondeando aristas, en la certeza que nos ha dado la experiencia vivida de que el camino por el que han de transitar no siempre será "de rosas" .

Deseamos mostrarles todos y cada uno de los atajos que hemos aprendido.
Seguro que en alguna ocasión hemos pensado que de tener en cuenta todos nuestros consejos serian generaciones y generaciones llenas de sabiduria, que pondrian la experiencia al servicio de la inteligencia y el entendimiento, para hacer de este mundo un lugar mucho mejor de lo que es.
¡ Cuán equivocados estamos con tales conjeturas ! Mera fantasia

Cuando tratamos de pasar nuestras experiencias a nuestros hijos lo más normal es que nos encontremos con un muro difícil de traspasar, aún en los casos que parecen dar muestras de cierto interés.

Y es que cada ser humano es único y necesita adquirir su propio conocimiento del mundo que le rodea. Necesitan tropezar con su propia piedra y desgastar sus propios zapatos , porque solo a través de los fracasos y errores seran capaces de aprender y obtener éxito.

No nos empeñemos , pues, en tratar de conseguir con nuestros hijos aquello que no fuimos capaces de conseguir por nosotros mismos. Como padres hemos de dotarles de buenas y eficaces herramientas con las que enfrentarse a la vida , dejarles volar en libertad y permitirles que cada cual ande su propio camino y construya su proyecto de vida.





"Tus hijos no son tus hijos. Son los hijos e hijas del anhelo de la Vida. Vienen a través de ti, pero no de ti y, aunque están contigo, no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues tienen los suyos propios. Puedes albergar sus cuerpos, pero no sus almas, pues sus almas habitan en la casa del mañana, que tú no puedes visitar, ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no intentes que sean como tú."

(De: El Profeta, de Gibran Jalil Gibran)


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sábado, 12 de septiembre de 2009

La vida con humor

Dicen que te conviertes en aquello que más practicas y como la época actual está cada vez más enrrevesada e imprevisible , no quiero convertirme en una señora seria de ceño fruncido ; asi pues, he decidido echarle un poco de humor a la vida y pasar en la medida de lo posible de tantas preocupaciones como nos acucian desde que abrimos el ojo ( solo utilizo uno para ver el despertador, el otro sigue durmiendo por si acaso no es la hora de levantarse)

Bueno pues eso, que inauguro la sección: Humorterapia, con la esperanza de convertirme en una persona alegre o en una alegre persona.



La vida según Quino


… Pienso que la forma en que la vida fluye está mal. Debería ser al revés: Uno debería morir primero para salir de eso de una vez.

Luego, vivir en un asilo de ancianos hasta que te saquen cuando ya no eres tan viejo para estar ahí.

Entonces empiezas a trabajar, trabajar por cuarenta años hasta que eres lo suficientemente joven para disfrutar de tu jubilación.

Luego fiestas, parrandas, alcohol. Diversión, amantes, novios, novias, todo, hasta que estés listo para entrar a la secundaria…

Después pasas a la primaria y eres un niñ@ que se la pasa jugando sin responsabiliddes de ningún tipo…

Luego pasas a ser un bebé, y vas de nuevo al vientre materno, y ahí pasas los mejores y últimos 9 meses de tu vida flotando en un líquido tibio, hasta que tu vida se apaga en un tremendo orgasmo…


¡¡¡ESO SÍ ES VIDA!!!

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lunes, 7 de septiembre de 2009

Etapas


La vida no es ni más ni menos que una mera consecución de etapas, todas ellas marcadas por el paso inevitable del tiempo:

Infancia. Niñez/ Pubertad. Adolescencia/Juventud /Madurez.Adultos/ Vejez. Ancianidad

Es el reloj biológico el encargado de ir marcando la sucesión de unas etapas a otras; un hecho que si bien es general a todos los seres humanos, sin embargo hay marcadas diferencias de unos a otros. Cada persona tiene su propio ritmo, dependiendo de sus circunstancias individuales, sociales y culturales.

Se dice que la Naturaleza es sabia y generalmente el cuerpo y la mente nos encuentra preparados para asumir cada nueva etapa; si bien es cierto que en algunas entramos con cierto despiste y aprendemos más por "ensayo y error" que sabiendo las consecuencias de nuestros actos y decisiones, pero como todo son el tiempo y las sucesivas experiencias , buenas y malas, las encargadas de enseñarnos lo necesario para desenvolvernos por esa fase y prepararnos para asumir la siguiente.

El paso de unas etapas a otras no tiene vuelta atrás , como tampoco nos está permitido anticiparnos . Si bien sucede que hay personas que se niegan a traspasar las lindes de una etapa, y su mente , sus conductas, las mantienen ancladas; sustrayendose a si mismos la posibilidad de crecer a través de las nuevas experiencias y situaciones que el paso por la vida nos va ofreciendo. Como en una ocasión leí " leer un capítulo una y otra vez, por bueno que sea impide pasar al siguiente"... y quién sabe, tal vez el siguiente sea espléndido.

A veces el final de una etapa y el inicio de la siguiente nos pilla de imprevisto, sin darnos el tiempo necesario ni la oportunidad de concluir capítulos de nuestra vida; quedandonos con la sensación interna de "tener asignaturas pendientes" para quién sabe cuando.
Otras en cambio, somos nosotros mismos los que las damos por concluidas y ansiamos entrar en la siguiente, con el terreno lo suficientemente abonado y la madurez justa y necesaria para abordar la nueva etapa.

Después de haber pasado ya por varias etapas hay que admitir , con pleno convencimiento, que ni lo bueno y/o favorable dura eternamente ni lo malo y/o desfavorable es definitivo.

Tenemos los humanos cierta tendencia a idealizar aquello que disfrutamos y que ya paso, aún cuando es más que probable que ni siquiera fueramos conscientes de lo que ese momento o situación nos reportaba. Son nuestros particulares mecanismos de defensa.

El problema es que solemos comparar , algunas personas una y otra vez, nuestra situación actual con las pasadas y casi siempre , como consecuencia de esa memoria selectiva, sale perdiendo la etapa actual, y la nostalgia arraiga .

Muchas son las personas que cargan la vida entera con el peso de cosas que fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus mentes; espacio indispensable para recrear la vida.

No echemos años a la vida, demos vida a los años.


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