domingo, 30 de diciembre de 2012

Con las ideas claras


La diferencia, lo que marca un cambio vital en nuestra existencia, es cuando conseguimos pasar de la reacción a la acción; cuando nos damos cuenta de que lo que sentimos depende, en gran medida, de lo que pensamos , no de lo que nos está pasando. Entonces asumimos que, de verdad, podemos controlar y "provocar" nuestras emociones, más allá de lo que nunca habíamos pensado. Podemos ser felices o infelices, colocando nuestro "cerebro a nuestro favor" o, por el contrario, poniéndolo en "nuestra contra"
La inutilidad del sufrimiento. Mª Jesús Álava

En no pocas ocasiones permitimos que una situación adversa marque el resto de nuestra vida, dejamos que nos bloquee y nos sumergimos  en un pensamiento único, dando vueltas una y otra vez a la misma idea, aceptando que nuestras emociones queden secuestradas por unos hechos que ya no tienen marcha atrás.

Y sin embargo, cuando somos capaces de controlar el pensamiento, de utilizar la mente a nuestro favor, descubrimos que lo importante en la vida no son los acontecimientos; lo importante es lo que pensamos.

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jueves, 20 de diciembre de 2012

El talante

 



Si nosotros no decidimos, la vida lo hace por nosotros; por eso hay que hacer que las cosas pasen y no solo esperar a que pasen. 

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martes, 18 de diciembre de 2012

Relaciones





Erich Fromm ya nos lo advirtió en su obra El arte de amar : "El ansia de relación es el deseo más poderoso de los seres humanos, la fuerza fundamental que aglutina a la especie. La solución definitiva del problema de la existencia es la unión entre personas, la fusión con otro ser, el amor"


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miércoles, 12 de diciembre de 2012

¡Plántale cara al miedo !




-¿Alguna vez tienes miedo? -preguntó.
-¿De qué? 
-De todo...
-¿De todo?
-Sí. 

-Solo se puede tener miedo de una cosa -afirmó Shirley-. Miedo por tus hijos. El resto es muy sencillo: con el dinero, el trabajo, los impuestos, el puenting... simplemente te dices "no tengo miedo" y saltas hacia delante.

Las ardillas de Central Park están tristes los lunes. Katherine Pancol


El miedo nos hace ser prudentes y por lo tanto nos protege, no en vano gracias a él hemos sobrevivido como especie. Pero cuando el miedo nos hace cautivos e interfiere en nuestras vidas, dañando incluso la salud física y/o mental, hay que plantarle cara hasta vencerlo.

Hoy en día vivimos tiempos convulsos en lo laboral y en lo económico y por tanto el miedo a perder el puesto de trabajo, a no llegar a fin de mes, a los cambios, a sufrir recortes, a perder poder, a la incertidumbre... nos angustia y paraliza

Y a veces, los peores son los miedos "de nuestra cabeza", aquellos que imaginamos y agrandamos hasta hacerlos dueños de nuestro pensamiento.

Al miedo solo se le vence concretando su existencia, sabiéndo qué forma tiene y cómo puede hacernos daño, delimitando y acotando su terreno, porque conociendo al enemigo, conocemos mejor por dónde atacarlo. Y la mejor herramienta que podemos utilizar es la motivación, aquella que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.Como decía Nelson Mandela, al miedo hay que saber conquistarlo... y saltar hacia delante.


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domingo, 11 de noviembre de 2012

Cada español gastará cerca de 700 euros en Navidad



Cada español desembolsará en compras para estas navidades 674 euros en regalos, juguetes, lotería, alimentación y ocio, un 7,4% menos que en 2009, cuando la caída fue ya de un 10,5%.
La asociación, encargada de realizar una encuesta entre más de 3.000 personas, ha señalado que en concreto los españoles reducirán su presupuesto navideño en 54 euros con respecto a las navidades pasadas y ha subrayado que la crisis económica ha hecho a muchas familias agudizar su conciencia del ahorro.
"En los últimos tres años ha descendido el consumo en un 24%, lo que pone de manifiesto los estragos que está provocando la crisis económica en numerosas familias que deben reducir aún más el gasto durante las navidades para poder llegar a fin de mes", ha manifestado la presidenta de FUCI, Agustina Parra.
Un año más, los regalos y juguetes acapararán la mayor parte del gasto, con 206 euros, seguidos de la alimentación, con 201 euros, el ocio, con 150 euros y la lotería, con 117 euros.

 http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/economia/compra-loteria-navidad-cae-9



Ignoro cual es la economía de esas 3.000 personas encuestadas y si todas tienen el mismo status social, pero he de decir que desde que leí la noticia me siento mucho más pobre,  de lo que me sentía antes de leerla, porque en mi familia ni de lejos vamos a gastarnos 674 euros para gastos navideños entre los cuatro; es decir, que ni de lejos alcanzaremos la cifra de casi 3000 euros para todos.
Con un poco de suerte, rasparemos un poco del presupuesto mensual, adornaremos el menú y compraremos los regalitos después de mucho rastrear en las tiendas tratando de encontrar algo bueno, bonito y barato.

Mi marido dice que me gusta sufrir, porque me quedo clavada delante de la televisión cuando veo algunas noticias de discriminación social. Quizás lo que me atenaza es el miedo, cuando pienso que nadie estamos libres de caer en las garras de la pobreza, tal y como va la situación social.
Es probable que muchos españoles tengan la fortuna de gastarse este año 674 euros en sus navidades, pero no creo que sean esas personas que acuden a los comedores sociales,  las que están en paro,  las que están desahuciadas de sus casas,  las que tienen que rebuscar en los contenedores cuando cierran los supermercados...

¿Sabéis aquello de que si yo me como tres pollos y tu ninguno, las estadísticas dicen que cada uno nos comemos pollo y medio? Pues quiero decirle a quien se vaya a gastar mis 600 euros (creo que igual 74 si puedo tener de presupuesto) que tenga unas felices navidades y que disfrute de ese holgado presupuesto, porque en la vida nunca se sabe lo que nos deparará el futuro.

Tal y como está el panorama social no estaría de más que los medios de comunicación tuvieran un poco de tacto con este tipo de noticias.

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miércoles, 4 de julio de 2012

Despertar


Hay personas con quienes pasamos gran parte de la vida y que no aportan nada. No te iluminan , no te nutren, no te dan impulso alguno. Puede uno dar gracias de que no te destruyan a fuego lento colgándose de tu cuello y chupándote la sangre.
Y después...
Están los que uno se cruza, los que apenas conocemos, los que te dicen una palabra, una frase, te conceden un minuto, media hora, y cambian el curso de tu vida. No esperabas nada de ellos, apenas les conocías, y llegabas, completamente despreocupado, o despreocupada, a la cita y sin embargo, cuando te despides de ellos, de esas personas asombrosas, descubres que han abierto una puerta dentro de ti, que han activado un paracaídas, iniciando ese maravilloso movimiento que es el deseo, movimiento que te llevará más allá de ti mismo y te asombrará. Dejarás de ser irrisorio para siempre, bailarás sobre la acera lanzando destellos y tus manos rozarán el cielo...

Fuente: "Las ardillas de Central Park están tristes" Katherine Pancol


No se por qué este texto me ha recordado el cuento de "La bella durmiente" .  Y es que a veces un simple "beso" tiene el poder de depertar al durmiente de su  largo letargo y mostrarle nuevos horizontes.

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jueves, 21 de junio de 2012

Por un mundo mejor




Detrás de los fraudes, las estafas, la insolidaridad, los injustos; detrás de la avaricia, la perversión, la intolerancia, la ingratitud... hay un mundo mejor, lleno de buena gente, de gente buena y honesta que se preocupa y ocupa de los demás. Gentes que nos reconcilian con el ser humano y nos hacen seguir creyendo en la bondad, la honradez, la amistad, la solidaridad, la generosidad.... Quizás no hacen tanto ruido como los otros, pero están (estamos, perdón la inmodestia) ahí y son (somos) muchos y entre todos algún día conseguiremos hacer de este mundo, UN MUNDO MEJOR.


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domingo, 10 de junio de 2012

Raíces


 


No pensamos en las raíces cuando somos jóvenes. Es hacia la cuarentena cuando ellas se acuerdande nosotros. Cuando no se puede contar ya con el impulso y la fogosidad de la juventud, cuando la energía empieza a faltar y la belleza se borra imperceptiblemente, cuando echamos cuentas de lo que hemos hecho y de lo que hemos dejado pasar, entonces nos volvemos hacia las raíces y tomamos de ellas, inconscientemente, nuevas fuerzas. No lo sabemos, pero nos sostenemos en pie gracias a ellas.

Poco a poco se van infiltrando bajo nuestros pies, al principio son pequeñitas, ligeras, tiernas, pero muy porosas, absorben todos los nutrientes: cada detalle, cada gesto, cada nueva enseñanza, todas las caricias y los abrazos; las pequeñas frustraciones también las nutren, los sies , lo noes...
El esfuerzo diario, la alegría, la tristeza, la lucha, la duda, los aciertos, los errores, los amores, los desamores, los afectos, las emociones, la autoestima, la empatía, las metas conseguidas, los sueños malogrados... son raices que profundizan, que nos ayudan a conformar lo que somos. De ellas obtenemos el sostén, la fuerza, la energía para seguir adelante.  

Fragmento de " Los ojos amarillos de los cocodrilos"  Katherine Pancol

domingo, 13 de mayo de 2012

El fracaso no existe


Puede que te sorprenda oír esto, pero el fracaso no existe. El fracaso es simplemente la opinión que alguien tiene sobre cómo se deberían hacer ciertas cosas.
Wayne Dyer


 Los niños no entienden de fracasos, hasta que no se lo oyen a los mayores. Ellos solo entienden que sus dibujos, sus construcciones, los muñecos que han hecho con plastilina o el montón de arena ha quedado a su gusto o no les ha gustado y vuelven a empezar o lo olvidan y no pasa nada.
Conforme van haciendose mayores la palabra fracaso (no cumple las espectativas que sobre ellos tienen los adultos) se abre camino en sus vidas, hasta que se interioriza.

Y cuando uno cree no estar a la altura de aquello que se espera de el/ella, el fracaso irrumpe para cuestionarlo todo, para cuestionarse a si mismo y cesan los intentos de hacer cosas nuevas por  el miedo a equivocarse, por el miedo a no dar la talla. Un lastre demasiado pesado que limita todas nuestras actuaciones futuras.

El fracaso no existe cuando uno confia en sus posibilidades; asume que puede equivocarse, porque errar es algo innato a la condición humana; acepta que las cosas no tienen por qué conseguirse de forma inmediata; conoce y acepta sus limitaciones.

El éxito es importante, pero no es sinónimo de valía.

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viernes, 17 de febrero de 2012

Esa vida que nos pertenece




"La única manera de vivir a plenitud es asumir lo que somos, independientemente de lo que los demás quieran que seamos."

Del libro "Ella que todo lo tuvo" Ángela Becerra

Como si viviéramos en un perpetuo carnaval, nos vestimos de espos@s , madres o padres, compañeros, vecinos, médicos o vendedores,... Hacemos aquello que se espera de nosotros en cada momento, quizás por miedo a la crítica, al rechazo o a quebrar las expectativas que los demás tienen sobre nosotros. Tal vez ni siquiera queremos plantearnos cómo somos en realidad, cual es nuestra auténtica personalidad y nos acomodamos a un papel social, aunque no se ajuste del todo a nosotros, aunque nos roce y nos haga daño.

¿Cómo puede  una persona sentirse cómoda  viviendo una vida que no le pertenece del todo, viviendo la vida que los demás pretenden que vivas?

Somos los únicos dueños y responsables de nuestra vida; sería una lástima llegar al final del camino y descubrir que hemos vivido dentro de un disfraz que no era de nuestra talla.






sábado, 11 de febrero de 2012

Amar






El amor es como la arena entre las manos, si la amontonas, oprimes y acaparas de un modo avaricioso se desvirtúa y pierde su forma.
Si la acunas, libre, sin agobios mantendrá la forma y sumará el calor del contacto.

Carmen 


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sábado, 4 de febrero de 2012

Empiezo a saber lo que quiero



Hay ocasiones en que nos sentimos totalmente reconocidos en el escrito de otra persona,  como si hubiese verbalizado por nosotros aquello que sentimos y pensamos. Eso es lo que me ha ocurrido con este texto de Ángeles Caso y sé que no soy la única a la que le ha sucedido, pues tengo constancia de que circula por muchos foros y blog.

Me llega justo en el momento en que creo haber vivido el suficiente número de horas buenas y otro tanto de malas o lo que es lo mismo, cuando he llegado a la madurez, circunstancia que me da derecho a una entrada de palco desde donde poder observar la vida desde cierta altura y saber lo que quiero y lo que no, lo que me gusta y lo que me disgusta de este mundo en el que vivo, los que quiero a mi lado y de los que me alejo... Tal vez también tu te reconozcas.

Lo que quiero ahora

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

 http://www.lavanguardia.com/magazine/20120119/54245109494/lo-que-quiero-ahora-angeles-caso.html .