viernes, 30 de enero de 2009

Perdonar nos libera


Las relaciones con los demás nos aportan muchos beneficios, pero también implica que pueden surgir conflictos y enfrentamientos que nos provocan daño y sentimientos tan negativos como el rencor, la rabia o la agresividad.
El perdón es la única manera de liberar esa rabia y volver a sentir la serenidad y la paz interior.

Seguramente el motivo más importante para perdonar somos nosotros mismos.

Cuando nos aferramos al daño que nos han producido otros dejamos de ser dueños de nuestras emociones y de nuestra vida; todo el tiempo que pasamos enfadados o con resentimiento es tiempo de nuestra vida que estamos perdiendo. Perdonar nos libera de la esclavitud que genera en nosotros las actitudes o comportamientos de otras personas, mientras estemos enfadados con alguien nuestro cerebro dará una respuesta de estrés ,lo que nos mantendrá en un estado de tensión innecesaria.

Pero perdonar, a veces se hace difícil , también tiene sus enemigos:

Uno de ellos es la incapacidad de dar el primer paso, tal vez fruto de una cierta rigidez emocional, del orgullo y de la falta de empatia, que lleva a la persona a pensar que deben ser siempre los demás los que han de pedir perdón.


El pensamiento que dice que si perdonamos a partir de entonces todo seguirá como si no hubiese pasado nada,pero perdonar no significa seguir igual con esa persona que nos ha dañado o mantener una misma situación. Podemos perdonar y decidir que no queremos tener a esa persona más en nuestras vidas; dejarla marchar, pero con nuestras emociones hacia ella limpias.
Podemos perdonar y poner límites o podemos perdonar y dejar que las personas que hayan hecho algo mal acepten su responsabilidad.

Otra de las cosas que nos impiden perdonar de verdad es no permitirnos la rabia o la agresividad. Hay que aceptar el dolor que nos ha producido la ofensa y reconocer que nos han lastimado, porque si justificamos la conducta, reprimimos la emoción o no nos permitimos ser conscientes de que alguien ha hecho algo mal, entonces será imposible el perdón porque... ¿cómo vamos a perdonar a alguien si no ha hecho nada mal? ¿qué perdonamos?

A veces la persona más difícil de perdonar somos nosotros mismos, por lo que dijimos o callamos, por lo que hicimos o dejamos pasar ; cargandonos en ocasiones con el peso de la culpabilidad y negandonos toda benevolencia para con nosotros mismos.

Seguramente la mejor opción es la que opta por que dejemos de pelearnos con la vida, aceptemos las cosas que ocurren, aprendamos de cada una de ellas, también de las caídas más allá si la responsabilidad es nuestra o de los demás, perdonemos y seamos así libres para transitar el camino de nuestra evolución y nuestra felicidad.

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miércoles, 28 de enero de 2009

Pienso...



Pienso,
El tiempo se entreteje
entre pensares y sentires.


Pienso,
El tiempo se escapa
entre instantes añorados,
cobijando sombras de dudas.


Pienso,
Los recuerdos se envuelven
entre sueños escondidos
y el tiempo pasa.


Pienso.
No pienses


Siento.
Vive

Vivo.


Carmen.

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martes, 27 de enero de 2009

Al menos una crisis en la vida


La cultura china representa con este bello ideograma la palabra crisis.

La imágen está construida por dos símbolos: el de arriba significa peligro, el de abajo oportunidad.

Por lo general les tenemos mucho miedo cuando aparecen , pero no tienen por qué ser sinónimo de algo negativo, salvo que no esten adecuadamente resueltas, en cuyo caso pueden derivar en depresión e incluso suicidio.

Son positivas, por cuanto nos permiten plantearnos nuestra vida o algunos aspectos de esta y elaborar un proyecto vital, un proyecto de cambio.

Los momentos de crisis nos ofrecen la oportunidad de crecer , madurar y evolucionar, siempre que estemos lo suficientemente alerta para encontrar la oportunidad allí donde a veces solo vemos el peligro.

Si sabemos resolverla correctamente nos permitirá adquirir un sentido de autosuficiencia moral y personal que puede repercutir favorablemente por el resto de nuestra existencia.

Por lo general hay una crisis única en la vida; aunque, por su intensidad y naturaleza, repetirá, si no logramos adaptarnos y resolverla.

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sábado, 24 de enero de 2009

El espejo del tiempo.



A veces me pregunto ¿ dónde fueron a parar todos esos guiños que hice con la vida ?

¿ Dónde quedaron escondidos tantos proyectos de futuro?

¿ En qué rincón dejé olvidados aquellos sueños tejidos tan pacientemente con hilos de esfuerzo, tesón y voluntad?

¿ En qué baúl encerré tantas promesas incumplidas?

Tal vez nuevos guiños, nuevos proyectos, nuevos sueños y promesas sustituyeron a aquellos otros. Tal vez.

Más, hay momentos en que resulta inevitable hacer un balance con la vida ; revolver en la memoria dormida o adormecida, según convenga, y situar cada situación, cada instante , cada sueño o meta, cumplida e incumplida, en la correspondiente casilla del debe o del haber; tratando de encontrar, al menos, el equilibrio.

El tiempo, a veces amigo y a veces enemigo,me ayuda dandome la perspectiva de lo acontecido , haciendome valorar los logros y poniendo paños calientes sobre las derrotas; pero también me enseña su otra cara: la de sus prisas por llegar , la que me lastra el recorrido y no me permite retroceder, la que me empuja por los caminos de la vida, aún a veces en contra de mi voluntad.

Un tiempo para el que siento necesidad de crear nuevos sueños, nuevas metas, nuevos proyectos que aligeren mi paso.
En ello estoy, aunque no me está resultando nada fácil. Quizás tenga que encontrar primero el camino de salida del laberinto.
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miércoles, 21 de enero de 2009

La importancia de reirse




Verdaderamente es una pena darse cuenta de que conforme cumplimos años y se nos supone más sabios (¿?), perdemos la espontaneidad de dejarnos llevar por la risa, de buscar la carcajada o de encontrar la parte cómica a las situaciones. Por eso, hay veces que conviene aprender a reír, o a recordar cómo se reía.

Unos cuantos datos de interés sobre esta función:

Estudios científicos descubrieron que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír. En lógica relación con esta evidencia, en los últimos lustros se ha afianzado la risa como terapia.

Cuando reímos, el cerebro emite una información necesaria para activar la segregación de endorfinas, específicamente las encefalinas. Estas sustancias, que poseen unas propiedades similares a las de la morfina, tienen la capacidad de aliviar el dolor, e incluso de enviar mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias. Las endorfinas desempeñan también otras funciones entre las que destaca su papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. Como se puede comprobar, aprender a reír es algo más importante de lo que parece a simple vista.

Una de las líneas de trabajo en algunos centros de psicoterapia es la risoterapia, que consiste en estimular la producción de distintas hormonas que genera el propio organismo con ejercicios y juegos grupales. Su cometido es el de potenciar el sistema inmunitario en general y facilitar la superación de diferentes bloqueos.
Si fueramos conscientes de todos los beneficios físicos y psiquicos que obtenemos cuando reimos , sin duda no dejariamos pasar un solo día sin reir. Por citar unos cuantos:

Con cada carcajada se ponen en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa. ¡ Muy buena gimnásia !

Se lubrican y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído. Además, elimina las toxinas, porque con el movimiento el diafragma produce un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas. ¡ Sin duda, mejor que muchos de los potingues que compramos!
Entra el doble de aire en los pulmones, dejando que la piel se oxigene más. ¡ Mejor que la mejor crema hidratante, y mucho más alegre!

Durante el acto de reír se liberan endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. Por eso, cinco o seis minutos de risa continua actúan como un analgésico. De ahí que se utilice para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del sistema inmunológico. ¡ Nada como lo natural!
Rejuvenece al estirar y estimular los músculos de la cara. Tiene, además, un efecto tonificante y antiarrugas. ¡ Y luego dicen de los radicales libres!

El masaje interno que producen los espasmos del diafragma alcanza también a los pulmones y al corazón, fortaleciéndolos. ¡ Sano, sano!

Las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio. ¡ Fuera las pastillas para dormir, mejor unas cuantas carcajadas!

Se producen ciertas hormonas (endorfinas y adrenalina) que elevan el tono vital y nos hacen sentir más despiertos. ¡ Receta contra el estrés!

Nos hace ser más receptivos y ver el lado positivo de las cosas. ¡ Alivio para la depresión!

A través de la risa las personas exteriorizan emociones y sentimiento. ¡ Nos echamos unas risas y tan amigos!

Posee un carácter contagioso, es la salvación de situaciones socialmente incómodas y tiene un gran poder poder comunicativo . Éstos revisten una importancia terapéutica especial ante disfunciones de tipo social.
"La risa es la distancia más corta entre dos personas"Victor Borge

"El ser humano solamente tiene un arma realmente efectiva: la risa." Mark Twain

"La risa es la escoba que barre las telas de arañas del corazón". Mort Walker
" Uno se pierde muchas risas por no reírse de sí mismo". Sara Jeannette Duncan
Riete de la vida y la vida reirá contigo.
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Recuperar la ilusión.


Quienes nos hemos detenido a observar y a escuchar a la gente de nuestro alrededor hemos podido comprobar que hay mucha desilusión.
Personas que se sienten infelices o agotadas, que nos dicen haber perdido la esperanza de que las cosas les vayan mejor, que ya no esperan nada de la vida, que han perdido el brillo en la mirada ... Gentes que han perdido la ilusión.

Y cuando eso sucede, es como perder la brújula que orienta nuestras vidas y da sentido a nuestros movimientos.

"Es difícil vivir sin dinero y más aún sin salud, pero es imposible vivir sin ilusiones "

Con frecuencia nos quejamos porque sentimos nuestras vidas vacias, sin rumbo, sin metas que nos ayuden a encontrar la felicidad , y erroneamente la buscamos en los grandes acontecimientos del exterior, sin percatarnos de que la clave está en nosotros mismos.

La ilusión nace de la actitud con que nos enfrentamos a la vida. De la manera en que percibimos la realidad que nos rodea y la forma en que interpretamos los hechos que nos acontecen.

Emerge de nuestra capacidad y empeño por encontrar nuevos horizontes y propósitos ; de la confianza que depositamos en nuestras posibilidades y del tesón por rehacernos cuando las cosas no nos salen como nos gustaria.

Para conseguir recuperar las ilusiones hemos de estar dispuestos a llevar a cabo pequeños o grandes cambios en nuestra vida. Hemos de estar dispuestos a cambiar ciertos hábitos y pensamientos que nos lo impiden e implantar otros nuevos que nos permitan llegar hasta los propósitos y metas que hayamos marcado.

Es importante que las nuevas metas sean claras y realistas , y pensar que si no podemos alcanzarlas , si podemos disfrutar con los pequeños logros que vayamos consiguiendo, y para eso es importante que desarrollemos, a veces con voluntad, la capacidad para disfrutar con todo lo que la vida nos ofrece.

"Obligaciones sin ilusiones es como el viento sin aire que azota la tierra seca, al final sólo queda polvareda"
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viernes, 9 de enero de 2009

Quiero saber



No me interesa saber a qué te dedicas
Quiero saber qué es lo que añoras
y si te atreves a soñar
o alcanzar lo que tu corazón ansía.

No me interesa saber qué edad tienes
Quiero saber si te arriesgarás
a parecer un loco por amor,por tus sueños,
por la aventura de estar vivo.

No me interesa saber qué planetas están cuadrando tu luna
Quiero saber si has tocado el centro de tu propia pena,
Si has estado abierto a las traiciones de la vida
O te has vuelto marchito y cerrado por miedo a más dolor.

Quiero saber si te puedes sentar con dolor, tuyo o mío,
sin moverte para esconderlo, diluirlo o arreglarlo.
Quiero saber si puedes estar con alegría, tuya o mía,
y si puedes danzar libremente y dejar que el éxtasis te llene
hasta las puntas de los dedos de tus manos y de los pies,
sin advertirnos de ser cuidadosos,
ser realistas o recordar las limitaciones de ser humano.

No me interesa si la historia que me estás contando es verdad,
quiero saber si puedes desilusionar a otros
por ser sincero contigo mismo,
si puedes resistir la acusación de traición
y no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel y por lo tanto confiable.
Quiero saber si puedes ver belleza hasta en los días feos,
y si puedes nutrir tu vida desde la presencia de Dios.

Quiero saber si puedes vivir con fallas, tuyas y mías,
y todavía pararte en la orilla del lago y gritar
a la luna llena plateada... ¡SÍ!

No me interesa saber dónde vives, ni cuánto dinero tienes.
Quiero saber si te puedes parar
después de una noche de pena y desesperación,
débil y moreteado hasta los huesos,
y no obstante hacer lo que debes y necesitas hacer
y seguir adelante.

No me interesa saber quien eres, ni porqué estás aquí.
Quiero saber si te puedes parar
en el centro del fuego conmigo sin encogerte.
No me interesa dónde, qué, o con quién has estudiado,
quiero saber si te sostienes desde adentro
cuando todo se cae a tu alrededor.

Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo
y si verdaderamente disfrutas la compañía que mantienes
en tus momentos de soledad.

Khalil Gibran.
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miércoles, 7 de enero de 2009

Mujeres que piensan demasiado


Pensar está muy bien, cuando el pensamiento es constructivo y creativo, y aporta soluciones.
Pero cuando nuestra mente se queda dándole vueltas a nuestros pensamientos inútilmente produciendo sentimientos negativos, se da lugar al "efecto levadura", tal como lo denomina Susan Nolen-Hoeksema en su libro "Mujeres que piensan demasiado" (Ed. Paidós).

El pensamiento excesivo resulta nocivo porque afecta a nuestra capacidad para obtener respuestas y soluciones a nuestros problemas, produce desmotivación y genera nuevos problemas, nos bloquea en una posición repetitiva que acaba alejando a nuestras amistades y familiares (que aun apoyándonos en un principio acaban siendo presas del mismo agotamiento impotente) y, finalmente, puede arruinar nuestra salud física y emocional.

Según Nolen-Hoeksema, "la mujer tiene el doble de probabilidades que el hombre de caer en una depresión profunda o de sufrir ansiedad, y parece que una de las razones de que esto sea así es precisamente nuestra tendencia a pensar demasiado".


Si bien es cierto que las mujeres sufrimos más las consecuencias del pensamiento excesivo (depresiones, ansiedad, preocupación excesiva), de momento, no hay pruebas de que la causa resida en algún rasgo biológico como las hormonas femeninas o la organización de nuestro cerebro.
Hoy por hoy, las investigaciones apuntan a causas de tipo social, cultural y psicológico

El pensamiento excesivo crea estados de ánimo negativos que pueden teñir la calidad de tus pensamientos hasta tal punto que acabas teniendo una visión distorsionada de los hechos.
Lo peor de todo es que puedes tomar decisiones equivocadas basándote en esos pensamientos negativos.

El primer paso hacia la liberación consiste en : observar nuestros pensamientos y saber detectarlos cuando están empezando a rumiar demasiado y demasiadas cosas, de una manera inútil y cansina; nos desidentificamos con esos pensamientos, los definimos como algo malo para nosotras y decidimos pararlos para evitar que nos hundan.

El segundo paso consiste en situarnos en una distancia que nos permita ver las cosas una mayor claridad y perspectiva para poder tomar las decisiones adecuadas.

El tercer paso requiere atención y acción para evitar caer en las trampas que nuestro hábito de pensamiento excesivo nos guarda para el futuro -ya sea a los pocos minutos, con el regreso al mismo problema, o bien en cuanto surja el próximo conflicto.


El libro: "Mujeres que piensan demasiado".
Autora: Susan Nolen-Hoeksema.
Ed. Paidós.
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Confianza




"Aprenderás que es uno mismo quien debe cultivar su jardín y decorar su alma, en vez de esperar que alguien le traiga flores" J. Luís Borges.
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PAZ


Cuando era niña soliamos tener la costumbre de enviar felicitaciones de Navidad a la familia y amig@s; casi toda la gente utilizabamos el mismo formulismo para felicitarnos los unos a los otros: "Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad".

Han pasado algunas décadas , y sin embargo la ansiada PAZ sigue sin llegar.
Y yo me pregunto ¿Es que no hay en el mundo suficientes hombres de buena voluntad que merezcan la Paz? o es que ¿No hay hombres de buena voluntad capaces de conseguir la Paz?

El odio, los conflictos, las guerras, la cruda realidad de muchos pueblos se hacen presentes en nuestro día a día, gracias a la intensa , y hasta algunas veces morbosa , labor de los servicios informativos.

Asistimos a los conflictos como espectadores privilegiados. Nos sentimos, tal vez conmocionados, enfadados e incluso asustados ante tanta barbarie, pero nos falta el coraje y la decisión necesarios para hacernos oir , para pedir a nuestros gobernantes y a las más altas instancias (ONU) que reaccionen y detengan tanta locura .

No se deben seguir justificando tantos "daños colaterales", tantas victimas inocentes , tantos niños masacrados ... no se puede seguir aplicando el "ojo por ojo" porque corremos el riesgo, como dijo Gandhi, de que la humanidad se quede ciega.

De momento la ansiada PAZ MUNDIAL parece ser una utopía , tal vez algún día seamos lo suficientemente sensatos como para haber conseguido que sea una realidad.

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lunes, 5 de enero de 2009

Mágica noche



De todas las noches de mi vida, la del 5 de Enero es siempre mágica y especial.

Lo era cuando de niña me mandaban temprano a la cama, no sin antes haber limpiado cuidadosamente mis zapatos y haberlos dejado bajo el árbol y después de cerciorarme de que mis padres dejaban una copita de licor para cada uno de los Reyes y agua en la terraza para los camellos.
Los nervios me impedian conciliar el sueño y mi inocencia infantil me hacía temer lo peor: que pasarian de largo si no conseguia dormirme. Apretaba fuertemente los ojos, pero cualquier susurro, el más leve movimiento me ponia alerta.
Supongo que finalmente caía agotada en brazos de Morfeo, hasta que al llegar el amanecer ya no podía aguantar más en la cama y salía corriendo hasta el salón, tirando de mi hermana. ¡ Cuántas sorpresas, cuántos regalos! muñecas, carteras, cuentos, plumieres, patines... Corriamos a la cama de los papas y luego a la escalera del portal a reunirnos con el resto de los niños del vecindario y comprobar lo generoso de los Reyes.
¡Cuántas ilusiones compartidas!

De madre he mantenido esa misma ilusión en mis hijos, procurando darle toda la mágia que requiere. También ellos han tenido que cepillar sus zapatos y dejarlos bajo el árbol. También han tenido que irse antes a la cama, supongo que con temores parecidos a los mios y con ilusiones semejantes.
Cuando ya no podian más nos pedian que les acompañasemos porque no se atrevian a entrar solos, por si aún estaban los Reyes.
Si era demasiado temprano les pediamos paciencia, pero ¡como se puede pedir paciencia a un niño ilusionado !
Solo ver sus caras convertia esa noche en mágia pura.

Han pasado algunos años desde que mis niños abandonaron su infancia, pero aún hoy siguen dejando sus zapatos bajo el árbol y levantandose con ilusión para ver lo que los "Reyes" han depositado en ellos. También yo dejo mis zapatos.

¡No dejemos núnca que muera la ilusión!


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viernes, 2 de enero de 2009

Lección de vida


Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años, pero lo importante no cambia;
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida;
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas.
Sigue aunque todos esperan que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
Pero NUNCA TE DETENGAS.”


Madre Teresa de Calcuta.

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Soy yo quien decide.


Explica el columnista Sidney Harris, que en una ocasión, acompañó a un amigo suyo a comprar el periódico y , al llegar al quiosco,éste saludó amablemente al vendedor. El quiosquero, en cambio, respondió con modales bruscos y desconsiderados, y le lanzó el periódico de mala manera. Su amigo sonrió y, pausadamente, deseó al quiosquero un buen fin de semana. Al continuar su camino, Sidney le dijo:

-Oye...¿Este hombre te trata siempre de forma tan mal educada?
-Sí, por desgracia.
-Y tú, ¿siempre te muestras con él tan educado y amable?
-Sí, asi es.
-Y ¿me quieres decir por qué tú eres tan amable con él, cuando él es tan antipático contigo?
- Es bien fácil. Porque yo no quiero que sea él quien decida cómo me he de comportar yo.

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jueves, 1 de enero de 2009

Caminando por la vida



La vida es una encrucijada de caminos que nos pone en la difícil y continua tesitura de la elección.

A veces encontré trayectos fáciles, caminos de amplias avenidas, de senderos llanos que me permitieron un caminar ligero, agradable, cómodo; pero otros la elección me llevó por árduas rutas, difíciles, cansinas, llenas de largas e interminables cuestas.
De todos , sin excepción, aprendí.

Ahora me encuentro en mitad de ese recorrido por la vida, en una nueva etapa, ante una nueva encrucijada ; con el ansioso deseo de acertar en la elección y con la esperanza de que el trayecto sea lo más benévolo posible.

He ido acumulando y viviendo años que me otorgan experiencia, he ido llenando las alforjas de riquezas tales como: amor, paciencia, fuerza interior , emoción, ilusión, confianza.

Sea cual sea el camino que me toque recorrer sé que las fuerzas no me flaquearan y trataré de llegar a la meta sin prisas, sin pausas, como dice la canción, aunque aprovecharé para saborear cuanto de bueno me encuentre por los senderos porque el objetivo merece la pena: vivir y llegar al final con sensación de plenitud.

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