lunes, 30 de marzo de 2009

El horóscopo.


Núnca , hasta ahora, había creido en la validez de las predicciones de los horóscopos, y menos aún en los que aparecen en revistas y periódicos, no creo que contraten a "profesionales", supongo que se trata de unos cuantos charlatanes, más o menos caraduras

Pero, de cuando en cuando, los leo , por entretenimiento , por la curiosidad de saber que nos esperará a TODOS los que hemos nacido bajo la misma estrella, y cómo los astros influyen en todos nosotros de la misma forma; e incluso me he entretenido comparando los pronósticos para el mismo día y en diferentes periódicos. ¡ Nada que ver!

Como usuaria asidua de los transportes públicos ,lo soy también a los periódicos gratuitos , entre ellos el ADN. Cuándo me he leido el periódico e informado de las noticias más interesantes, me doy una vueltecita para "ver lo que me depara el día según mis astros"

Ya desde el primer día que leí los del mencionado periódico, me sorprendió lo acertado de sus comentarios; muchos de ellos parecen sacados de un libro de autoayuda. Por cierto, que en una ocasión, mi hija también me comentó su sorpresa.

Lo cierto es que a mí personalmente me acierta muchas cosas.

Hoy me he quedado atónita ante lo que he leido; es como si alguien hubiese "buceado" en lo más hondo de mi mente y sacado a flote intimos pensamientos:


" Tu psicología estará en proceso de transformación y revisión de arraigados conceptos.
Por otra parte, seguirán unas tendencias que ya vienes notando desde hace aproximadamente un año, y es que algo está cambiando en tu mentalidad, en tu necesidad de cambiar tu forma de comunicarte o relacionarte. En tu interior puede haber una especie de lucha mental entre lo nuevo y lo conocido, quizás lo aburrido, por un lado, y lo novedoso, lo sorprendente y la necesidad de estímulos distintos, por otro."

Tal vez sea una mera coincidencia y por eso me fijo en la predicción, pero cuando menos me resulta curioso.

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sábado, 28 de marzo de 2009

Chantaje emocional


El chantaje emocional es una de las prácticas psicológicas más utilizadas .

El chantajista de forma inconsciente o voluntaria, presiona a otra persona o personas ,las víctimas, para que actúen, digan o piensen de una determinada manera, aunque vaya en contra de sus principios.

El chantaje emocional puede surgir en cualquier tipo de relación personal; de hecho, es un recurso muy utilizado entre padres e hijos:" ¿Es que ya no me quieres?" o "Con todo lo que he hecho por ti", son alguna de las frases más utilizadas por aquellos que lo practican.

Perfil del chantajista

Son personas que saben cuánto se valora la relación con ellos y conocen los puntos débiles y los aspectos vulnerables de quienes les rodean. Aún cuando parecen personas fuertes , este tipo de extorsionadores en el fondo esconden debilidad e inseguridad

Poseen un espíritu posesivo y egoísta que les hace mostrarse como víctimas cuando su prójimo no actúa según su capricho o antojo. Para conseguir que se acaten sus deseos, han aprendido a provocar la culpa.

Susan Forward, en su libro "Chantaje emocional", distingue diferentes perfiles del chantajista:

- El castigador, dice exactamente lo que quiere y las consecuencias a las que tendrá que atenerse si no se cede a sus deseos.

- El autocastigador, se dañará, a sí mismo, si no se hace lo que él quiere pero, claro, antes avisa.

- La víctima, “obliga” a adivinar sus deseos para, luego, dejar claro que es nuestra responsabilidad el asegurar que lo obtenga.

- El provocador, ofrece promesas maravillosas siempre que se acate su voluntad.



Los chantajistas emocionales, se aprovechan del sentimiento de culpa que produce estar a malas con ellos. Les da lo mismo que se acceda a sus deseos sólo para aplacar ese malestar. Se trata de una práctica encubierta que viene a decir si quieres que yo esté bien, y por lo tanto estemos a gusto; haz lo que yo deseo, aunque no te guste y te haga sentir mal.


La gente que utiliza los sentimientos y emociones como método de conseguir lo que pretenden, se sirve de técnicas como amenazar con complicar la convivencia o poner fin a la relación si no se hace lo que ellos quieren.

Otra forma, es dar a entender que se abandonarán, se harán daño o se deprimirán si no se hace lo que pretenden. Siempre quieren más, por mucho que se les dé.

Los chantajistas focalizan su atención casi por completo en sus propias necesidades y la forma en que sus presiones afectan a los demás no les importan en lo más mínimo.

Califican al otro de egoísta, interesado, insensible o descuidado si no se cede; y se deshacen en alabanzas cuando se accede a sus deseos.

Las armas básicas que usa el chantajista emocional para conseguir lo que quiere, son EL MIEDO, LA OBLIGACIÓN Y LA CULPA.

Perfil de la víctima de chantaje

Son personas con:

· Una excesiva necesidad de aprobación.
· Un profundo miedo al enojo y la ira de quienes les rodean.
· Una gran necesidad de paz, sea cual fuere su precio.
· Una tendencia a asumir demasiada responsabilidad por la vida de los demás.
· Un alto nivel de inseguridad con respecto a su valor y capacidades.

domingo, 22 de marzo de 2009

Educar en valores


La imparable violencia machista, los desencuentros entre padres e hijos y entre estos y sus profesores, la violencia en ciertos sectores juveniles, adolescentes descontrolados durante fines de semana llenos de drogas y alcohol, el creciente fracaso escolar y la desmotivación de chicos y chicas... son manifestaciones de una problemática que tiene muchas y complejas causas, una de las cuales podría ser la quiebra de algunos valores universales despreciados por su aroma a viejo o poco moderno.

Más de un psicólogo y psicopedagógo comienza a reivindicarlos, aun a costa de cargar con una imágen negativa de reaccionario o contrario a la moda.

Parte de nuestra sociedad parece solicitar que rescatemos esos valores "de siempre" que promueven la vida en sociedad y dotan de un sentido humano, cívico (¡qué palabra tan aparentemente arcaica y sin embargo tan plena de significado hoy mismo!) y solidario a nuestras vidas.


En las últimas décadas han primado, quizá como reacción a anteriores planteamientos más coercitivos que dialogantes, unas posturas pedagógicas más permisivas y abiertas, basadas en el dejar hacer y en el principio de no coacción a la espontaneidad de la persona. Esto se ha percibido especialmente en las relaciones entre padres e hijos y entre estos y sus profesores.

La sensación que prima en algunos padres y educadores es que la experiencia aperturista no ha sido del todo positiva. A los adolescentes les cuesta reconocer la autoridad moral de padres y educadores y los problemas de convivencia afloran en muchas familias. Y son demasiados los jóvenes (y mayores, por supuesto) que se comportan ignorando los más elementales principios de solidaridad y de respeto a los demás.

De un seco y frío autoritarismo, poco proclive a las explicaciones y menos aún a escuchar al niño o joven, hemos pasado a una permisividad del "todo vale" y se estima que quizá tardemos toda una generación en recuperar la autoridad dialogante, una autoridad que fija y marca límites justos, razonables y negociables, necesarios para el aprendizaje de la libertad personal y la convivencia social.

No se trata de culpabilizar a la sociedad ni de autoculpabilizarnos, si no de que cada uno, como parte implicada, asumamos la cuota de responsabilidad que nos corresponde en la educación en esos valores. Pero sólo en la medida en que vivamos los valores que queremos trasmitir conseguiremos el objetivo. Porque educar es, fundamentalmente, comunicar a través del ejemplo, trasmitir actitudes y comportamientos.

jueves, 19 de marzo de 2009

La actitud


Cuanto más vivo, más me doy cuenta de la importancia de la actitud en la vida.

La actitud para mí es más importante que los hechos.
Más importante que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los fracasos, que el éxito, que lo que piensan o hacen los demás.
Es más importante que la apariencia, un don o una habilidad.
Hará o destruirá una empresa, una iglesia, un hogar.

Lo más sorprendente es que cada día podemos decidir que actitud escoger.
No podemos cambiar el pasado… no podemos cambiar el hecho de que la gente se comporte de un cierto modo.
No podemos cambiar lo inevitable.
Lo único que podemos hacer es utilizar lo que tenemos,
y eso es nuestra actitud.

Estoy convencido de que la vida consiste en un diez por ciento
de lo que me pasa y un noventa por ciento como reacciono ante ello.
Y lo mismo te sucede a ti: somos responsables de nuestra actitud.

Charles R. Swindoll

martes, 17 de marzo de 2009

Decir, hacer, juzgar, gastar


Un clásico proverbio árabe para recordar; sencillo , efectivo y que perdura en el tiempo.


No digas todo lo que sabes,
no hagas todo lo puedes,
no creas todo lo que oyes,
no gastes todo lo que tienes.

Porque:
El que dice todo lo que sabe,
el que hace todo lo que puede,
el que cree todo lo que oye,
el que gasta todo lo que tiene.

Muchas veces:
dice lo que no conviene,
hace lo que no debe,
juzga lo que no ve,
gasta lo que no puede.

miércoles, 11 de marzo de 2009

La otra cara de la crisis.


Me despierto y la radio me anuncia el tema del día: la crisis. Mientras desayuno escucho las noticias de la tele: más crisis. Antes de coger el metro unos repartidores de prensa me dan los periódicos del día, en portada me encuentro : con la crisis. De camino al trabajo me pongo mi MP4 en modo radio, escucho las tertulias y me informo ¡ de cómo va la crisis! . En el trabajo se sigue comentando la jugada... y así un día y otro y otro. ¡ Me siento secuestrada por la crisis!

No quiero dejarme invadir por la tristeza,la angustia y el miedo ante el incierto y negro futuro que se dibuja en el horizonte.
No quiero contagiarme del pánico colectivo ante la situación actual y hundirme en el estrés ante "lo que se nos viene encima". Porque si nos dejamos llevar por el pánico , quedaremos paralizados, imposibilitados para reaccionar positivamente.

Me gustaría ver el lado positivo de la crisis (siempre hay un lado positivo, lo difícil es verlo) y ocuparme antes que preocuparme.

Porque la crisis también puede ser un motivo para el enriquecimiento personal,una oportunidad para desarrollar la creatividad, para eliminar el egoismo y la individualidad de nuestras vidas, para la solidaridad y la responsabilidad, para la adquisición de hábitos más racionales de consumo...

Porque si la vida se centra en el afán de lucro, de acumular y tener, se puede preguntar junto a Erich Fromm: “si soy lo que tengo y lo que tengo se pierde, entonces ¿quién soy?”.


Esto es lo que Albert Einstein escribio en el Crack financiero del 29:


"Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y... da más peso a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar la salida. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla".


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martes, 10 de marzo de 2009

Consumir felicidad


Reflexionando sobre la felicidad he llegado a la conclusión- "mi conclusión", por supuesto- de que se ha convertido en un bien más de consumo, de esos que entran en nuestra cotidianeidad sin habernos percatado tan siquiera de cuándo llegaron y cómo y por qué se hicieron imprescindibles.

Entre los recuerdos de mi infancia y juventud no hay planteamientos de felicidad en mis padres, tios...y mucho menos en mis abuelos.
Les vi alegres o preoupados, sonrientes o disgustados según las circunstancias, pero siempre con buena disposición y mucho esfuerzo para seguir adelante, para resolver las adversidades, sin plantearse siquiera si eran felices cuando todo parecía sonreirles o infelices en esos tiempos donde todo era trabajo y esfuerzo, sin apenas tiempo para el ocio y mucho menos para el "enriquecimiento personal"

Sin embargo, nuestra sociedad se empeña machaconamente en recordarnos la necesidad de alcanzar un objetivo en nuestras vidas: la felicidad.

Anuncios en prensa, radio, tv... nos apremian a encontrarla, a traves de cuñas publicitarias vemos a familias unidas por la felicidad que les da poder consumir unos bienes materiales; revistas y libros- muchos libros- de autoayuda nos impulsan hasta nuestro objetivo; medicamentos y profesionales nos ayudan con nuestros miedos y angustias ante la falta de resultados; frases, proverbios, citas... se han convertido en los slogan de nuestros dias.
Todo nos empuja hacia la felicidad.

Y sin embargo, cada día nos sentimos más insatisfechos con nosotros mismos y con nuestro entorno.
La angustia nos asola porque nos parece que no logramos alcanzar lo que por derecho pensamos que nos pertenece.
La sensación de fracaso es una constante, fruto seguramente de ese afán perfeccionista que nos hemos impuesto para con nosotros y para los nuestros.
El miedo nos hace rebuscar en el pasado y temer al incierto futuro, impidiendonos saborear el único tiempo sobre el que tenemos certeza, el presente.

Y bajo todo ello subyace la curiosa paradoja que supone la falta de unanimidad en la definición de felicidad. ¿Qué es en realidad la felicidad?

¿Es una utopía, un derecho, una meta, una motivación...? ¿Sí ni siquiera sabemos cómo es, por qué es nuestro principal objetivo?
¿No seriamos más felicides si ni tan siquiera nos plantearamos si lo somos o no; sí nos limitaramos simple y llanamente a vivir... a vivir de la mejor forma posible, con sentido común y una actitud positiva ante las situaciones que se nos vayan planteando?

Tal vez la respuesta está en nuestro interior. Preguntemonos si estamos satisfechos o no con nuestra vida.


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domingo, 8 de marzo de 2009

Día de la Mujer



Hoy, 8 de Marzo, se celebra el Día de la Mujer Trabajadora, aunque yo lo dejaría solo en Día de la Mujer, porque ¿qué mujer no es trabajadora?


Aún hoy en día, en el siglo XXI aunque parezca mentira , hemos de seguir llamando la atención sobre la discriminación social ,la exclusión y la falta de reconocimiento en muchas areas sociales de la mujer.

Tenemos que seguir reivindicando nuestros derechos, que no son otros que el derecho a la igualdad. Algo fácil de entender, pero difícil llevar a la práctica, seguramente porque aún tienen mucho peso los prejuicios y/o estereotipos (por lo general basados en juicios poco fundados),y quizás también por falta de interés de quienes pueden acabar con esa discriminación

Poco a poco, con mucho esfuerzo y tesón, vamos alcanzando nuestro objetivo.
Hacer oir nuestras voces , aunarlas en un día como hoy, es necesario . Hacer saber y hacernos saber que necesitamos de todos y de todas para alcanzar la plena igualdad, para terminar con esas situaciones discriminatorias en las que nos vemos.

Lamentablemente este día podemos celebrarlo en paises mentalizados, porque ¿en cuántos paises todavía la mujer es ciudadana de segunda, o tercera? Nuestras voces, nuestro esfuerzo conjunto, va encaminado a conseguir los derechos de todas las mujeres. No lo olvidemos.

Por todo esto, pienso que aún es necesario tener un día al año que nos recuerde que estamos ahí, trabajando por conseguir lo que por derecho nos pertenece, trabajando por conseguir la plena igualdad social.


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miércoles, 4 de marzo de 2009

Nuestros miedos.


El miedo es una emoción con la que nacemos, pero que se puede ir modulando por medio de la educación, el entorno, la cultura, etc.

Los griegos lo explicaban muy bien utilizando la mitología:

Venus, diosa del amor, mantuvo un romance con Marte, dios de la guerra. De él nacieron cinco hijos: Cupido -dios del amor erótico-, Anteros -dios del amor correspondido-, Concordia -diosa del equilibrio y la belleza-, Fobos -la fobia- y Deimos -el miedo-.

El miedo, por tanto procede de la unión del amor y la guerra.
Lo que quiere decir que en la medida en que nosotros queramos o amemos algo temeremos perderlo.

Cuando nos encontramos ante una situación de miedo nuestro cuerpo sufre una serie de cambios: el corazón palpita a más velocidad para enviar sangre a las extremidades y al cerebro, las pupilas se dilatan, y segregamos tres hormonas: la adrenalina, la noradrenalina y los corticoides, también llamados hormonas del miedo.


Entre los miedos que con más frecuencia nos atormentan estan : El miedo al rechazo, miedo al fracaso, miedo a la pérdida , y sobre todo el miedo al cambio.

Cualquiera de ellos tiene la capacidad de paralizarnos y únicamente nosotros podemos vencerlos:

. Aceptando que tenemos miedo.

. Identificando cuál es nuestro miedo,aunque no siempre resulte fácil reconocerlo

. Mirando al miedo a la cara , tratando de hacerlo concreto. Nuestro peor enemigo son nuestros pensamientos negativos,pues somos capaces de imaginar cosas mucho peores de lo que son en la realidad. Por eso son tan peligrosos los miedos ambiguos.

.Y fundamentalmente centrandonos en ese "motivo" que nos empuja a seguir adelante a pesar de los riesgos.

Victor Frankl fue un psiquiatra judío que pasó la segunda guerra mundial en varios campos de exterminio, entre ellos Auswitz. Según él, no se salvaron de aquel infierno los más fuertes, ni los más cultos, ni los mejor preparados, sino aquellos que tenían una motivación más allá de su propia vida: "cuando salga escribiré un libro", "cuando salga veré a mis hijos", "cuando salga contaré esto al mundo".

Vivir bajo el poder del miedo nos quita lo mas importante que tenemos en la vida: la posibilidad de “ELEGIR”, qué queremos ser y hacer con nuestra vida.


Como decía Nelson Mandela:

"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo"


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Día a día.


Instalada en la rutina,
la desgana teje su tela de araña
en la esquina de los dias.

Nublados los sentidos,
se silencian los silencios,
se acallan los anhelos.

Adormecida en el umbral de lo cotidiano
se mezclan dias y noches,
noches y dias se entremezclan
con la indiferencia del tiempo no contado.

Habitando en la apatía
se duermen los abrazos,
se escapan los suspiros,
se arrastran cadenas
que encadenan culpas compartidas.

Vagando entre ruinas y
escombros de noltalgias,
pasa por delante la vida...
y la voluntad cierra los ojos.


Carmen.

domingo, 1 de marzo de 2009

DESamor


No hay un único elemento que desencadene el desamor ; por el contrario, hay muchas pequeñas causas que al principio no traspasan la venda con que nos ciega el enamoramiento pasional, pero que, poco a poco, van calando hasta que finalmente la venda termina por caer.

La mayoría de los psicólogos coinciden en afirmar que los factores que conducen al desamor son siempre muy variados y juntos se convierten en un cóctel explosivo que, cuando estalla, deja a los dos miembros de la pareja sumidos en el rencor, el desconcierto y la infelicidad.

Una ruptura raramente surge porque sí. Cuando se llega a esa situación, casi siempre ha habido un proceso de desgaste.
La rutina, la monotonía, la infidelidad, la decepción, la inmadurez, el egoismo... y sobre todo la falta de comunicación son los grandes enemigos del amor.

Otras veces es tan sencillo como que el amor se acaba. Nadie es dueño de las emociones ajenas, y pretenderlo es una utopía.

La pérdida de la pasión y el deseo (el sexo se convierte en una obligación), el distanciamiento o la falta de ilusiones comunes son algunos de los síntomas que hacen presagiar la llegada del desamor.

La psicóloga María Jesús Álava ,en su libro "Amar sin sufrir" , hace el siguiente análisis: "las mujeres nos solemos quejar de que ellos no nos entienden o no nos miman como desearíamos, pero también los hombres se sienten muy presionados, porque la mujer ha pasado de tener una parte pasiva en la relación a mostrar sus exigencias de forma activa. Además, existen diferencias muy importantes entre los dos sexos de las que no somos conscientes y que constituyen en gran medida la principal causa de fracaso de la pareja. Las mujeres les estamos pidiendo a los hombres que sientan, piensen y actúen como nosotras, y en sentido contrario pasa lo mismo".

También es cierto que en la actualidad se aguanta menos, hay más facilidades para separarse, se confunde enamoramiento con amor…, y también, indudablemente, influye el hecho de que nuestro tipo de sociedad favorece la aparición de individuos con el síndrome de Peter Pan, es decir, que prolongan sus rasgos infantiles de egoísmo y falta de compromiso hasta bien entrada la madurez. Esa infancia anormalmente larga hace que se conciba la pareja como un compañero de juegos o, incluso, como un juguete. Cuando se estropea, deja de interesar.

Depués de todo esto ¿nos puede quedar la esperanza de que exista un amor para siempre? Pues si.

Os dejo las palabras del psicólogo Antonio Gil que nos asegura que el amor eterno puede estar al alcance de todos nosotros. "Es una habilidad, una labor diaria de los dos. Las parejas que duran toda la vida son aquéllas que se comunican bien, que negocian y que tienen habilidad para solucionar los problemas. Es cierto que las causas del desamor son muchas y que todos corremos el riesgo de desenamorarnos. Pero siempre es posible dar marcha atrás. Si has estado bien con alguien durante años, ¿por qué no vas a seguir así si pones un poco de esfuerzo en el día a día?".

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Nuestras relaciones


Cada uno decide quién quiere ser y cómo quiere actuar, pero hemos de tener en cuenta que nuestra conducta tiene consecuencias en las relaciones que mantenemos con los demás y en nuestra propia vida, por tanto es importante saber gestionar nuestra inteligencia emocional - un trabajo en equipo entre la razón y la emoción- y dejarnos guiar por los nuestros valores.

Estaría bien que tuvieramos en cuenta lo siguiente a la hora de relacionarnos:

. La ayuda ha de empezar por nosotros .

. No hacer por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos.

. Todo lo que hacemos a los demás también lo hacemos a nosotros mismos.

. No hacer a los demás lo que nosotros queremos, pues pueden tener gustos distintos.

. No hacer a los otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros.

. No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.

. No mantengamos relaciones que son ficticias, insanas o que dificultan nuestro crecimiento personal. Todos tenemos la responsabilidad de limpiar nuestro espacio afectivo de este tipo de relaciones.

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