sábado, 18 de abril de 2009

La escritura como terapia.


Muchos de nosotros hemos escrito en un momento de nuestras vidas un diario ( o unas hojas escritas), a veces con asiduidad, otras solo en determinadas ocasiones.

Sí pasado un tiempo, nos hemos parado a ojearlo habremos observado que casi siempre son escritos que expresan emociones íntimas, por lo general negativas, que se corresponden con situaciones que vivimos o sentimos de una forma traumática, o nos detallan un momento de crisis o expresan algún conflicto interno.

Probablemente reconozcamos y recordemos el dolor que sentiamos mientras plasmabamos sobre el papel esas experiencias, pero también recordaremos que se trató de un ejercicio muy liberador, que nos ayudo a recuperarnos de la amargura y mejorar el estado de ánimo, y nos sirvio para renacer de nuestras cenizas y evolucionar.

La escritura nos permite "digerir", aceptar y ver desde otra perspectiva las situaciones adversas,nos sirve de valvula de escape y nos ayuda a dar forma a esos pensamientos difusos que se enredan en nuestra mente hasta que afloran; es más fácil leer un pensamiento en un papel que en la cabeza.

El silencio enferma, la palabra cura.

Expresar las emociones permite liberarse de ellas y de ahí parten la mayoría de las terapias psicológicas. Pero la intimidad del papel y el bolígrafo, o en nuestros días,del ordenador , tiene un plus: se puede "sacar" todo, con total libertad, sin tener que "comportarse adecuadamente" o guardar las apariencias o tener que reducir los miedos .
Tal vez ahí también resida el éxito y auge de los blog y de los foros de relaciones.

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6 comentarios:

Flautista de Neón dijo...

Es la magia de las palabras.
En ellas también está la comprensión de nuestros momentos difíciles.
En ellas también está el desahogo de nuestras penas.
En ellas está muchas veces nuestro mundo oculto.

Sabias palabras, Carmen.
Un abrazo, sin palabras.

Pluvisca dijo...

Esa es la terapía que siempre he usado para mi y que he sugerido a mis pacientes, pero escribir sin despegar el boli del papel, es decir, dejar brotar la emoción sin pensar si hay que poner un punto o una mayúscula.

Eso deja que vomitemos toda esa angustía y es como si, una vez hecho, nuestro cuerpo fuera mas liviano...

Carmen, es una de las maneras mas útiles de calmar nuestra mente y nuestro corazón.

Un abrazo

Tita dijo...

Totalmente de acuerdo, de principio a fin. Yo personalmente suelo romperlo todo, y es lo que recomiendo a reacios a escribir dejándolo salir todo...así no hay culpabilidades, quedando en un ejercicio liberador y completamente íntimo.

Abrazos

Carmen dijo...

Gracias a esa escritura nos hemos encontrado y disfruto de vuestra amistad.

Un fuerte abrazo.

Azul. dijo...

Escribir y leer siempre me han curado. De unos años acá, escribir un poco más, y como dices Carmen, nos ha unido sin esperarlo!

Un beso.

Hada Azul dijo...

Carmen me encanta tu blog,muy cierto este post...desde bien pekeña he utilizado los escritos como terapia...y bien que me han servido..como te he comentado me gusta muchisimo tu blog mil gracias por dejarme compartirlo contigo.un fuerte abrazo.