viernes, 2 de julio de 2010

La doble vida



La rutina es un papel de lija que desgasta las ilusiones.

Demasiadas veces lo cotidiano nos conduce a la monótona repetición de conductas, conversaciones y escaramucillas sin vuelo que transforman las hojas de nuestro calendario en un libro sin texto.

Por el contrario, las ilusiones conseguidas son aquellas que quedan impresas para siempre en el libro del mejor recuerdo, esas épocas en las que tomamos conciencia de que el auténtico nivel de vida no lo da ni depende del dinero, sino de la felicidad, ese sentimiento que surge cuando lo soñado y lo vivido transcurren paralelos como los raíles del ferrocarril.

Por eso siempre hay que llevar una doble vida: la despierta y la soñada.

La vida despierta es ese obligado aterrizaje en el suelo duro que nos conduce a través de caminos proyectados por intereses ajenos, cuanto más masivos más semáforos, radares, velocidades limitadas y direcciones prohibidas.

La vida soñada es la que nos impulsa a salir de lo establecido y nos anima a idear, imaginar... elevarnos para buscar nuestros propios horizontes.

En una vida completa, soñar y caminar son vasos comunicantes, porque el ave no puede estar siempre volando, pero alzarse le permite divisar, entender y, por qué no, ambicionar otros panoramas.

En el suelo reposa lo conocido y cotidiano; en el vuelo despega el sueño y la sana ambición.

La felicidad es caminar los sueños.



Ángela Becerra




A veces la realidad se hace tan insistente que nos obliga a acomodar nuestros sueños a ella para no terminar frustrados, decepcionados,amargados por la distancia entre la una y los otros.
Realidades que nos anclan y nos sujetan a tierra firme. O , tal vez, realidades que nos obligan a elevarnos al mundo de los sueños, para no tener que enfrentarnos a lo que nos asusta.

Y así poquito a poco, casi sin darnos cuenta, empezamos por hacer pequeños retoques y ajustes para que las diferencias no parezcan tan grandes; convenciendonos de que es más importante la realidad que los sueños. Tal vez posponiendolos una y otra vez ... hasta que se quedan, en el mejor de los casos, olvidados en un rincón del alma.

Es bueno que nos recuerden que no todo puede ser pies en tierra ni vuelos por las nubes, que es necesario- y sano- que exista un equilibrio entre lo soñado y lo real. Que nos animen a encontrar el camino que nos lleva de uno a otro.
Y una vez encontrado, hacer todo lo posible por aprenderlo y recorrerlo con tanta frecuencia como nos sea posible, para que no termine por desaparecer entre la maleza del olvido y la rutina.



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14 comentarios:

Magic of Spice dijo...

Hermoso blog, ahora sigo:)
Lovely!

anjali dijo...

"El equilibrio", palabra clave y que poco presente tenemos en la vida, pero tan fundamental que deberíamos tenerla escrita en letras mayúsculas y bien a la vista.
Todo en nuestra vida para que funcione bien, depende de que lo mantengamos en equilibrio. El yin y el yang, arriba y abajo, realidad y sueños, positivo y negativo, femenino y masculino, ....
Un fuerte abrazo y un beso.

Contrapunto dijo...

Dificil lograr el equilibrio, siempre hay algo que sobrepasa la barrera
Si son sueños de alto vuelo, el aterrizaje, es un riesgo.

Si nos aferramos solo a lo cotidiano, la vida resulta triste.

Hay que encontrar esa armonía que nos ayude a caminar felizmente por la vida.
Un beso

Pluvisca dijo...

Ya lo dicen los científicos, si no se sueña, se vuelve uno loco...

Soñar es el motro que nos hace caminar, sin ellos seriamos seres cabizbajos y llenos de legañas...

Un beso de ensueño

Reflexiones de Emibel dijo...

Me gusta vivir mi rutina y mi realidad dejándome atrapar en ocasiones por mis sueños.
Vivir constantemente en una rutina puede desgastar nuestras ilusiones y vivir siempre en una infinita ensoñación nos puede hacer perder el norte de nuestras vidas.
Besitos llenos de ilusiones soñadas

Johana dijo...

No somos nadie si no tenemos un sueño en mente.

emilio dijo...

Si los sueños, conseguimos acomodarlos a nuestra rutina, no hace falta volar, tienes razón, caminando mejor que todavía no nos han crecido las alas.
La vida, vivirla con su rutina y con sus novedades que día a día nos trae, buenas o no, saber llevarlo es lo ideal, lo satisfactorio.
Nunca acomodarse, desde luego, vivir es algo más.

Un abrazo.

Carmen dijo...

Muchas gracias Magic of Spice, me gustaría contar con tus comentarios.

Saludos

Carmen dijo...

Anjali,

Efectivamente, el equilibrio es la clave y debería de ser el objetivo de nuestras vidas. Reconozco que estoy en ello, aunque es una ardua tarea.

Un beso

Carmen dijo...

Bufffff Hay que hacer auténticos malabarismos, Contrapunto.

Aunque me reconozco como "de pies en Tierra", necesito viajar con frecuencia por las nubes. Sin esas pequeñas escapadas la vida sería demasiado dura.

Un beso

Carmen dijo...

Yo las legañas las tengo cuando despierto, Pluvisca jajaja

Soñar es una magnífica válvula de escape, pero hay que saber dosificarla.

Un beso

Carmen dijo...

Esa es la clave Emibel, transitar por la realidad, dejandose atrapar por momentos de ensoñación.

Un beso

Carmen dijo...

Johana,

Núnca debería de faltarnos un sueño, porque muchas veces son el motor que nos ayuda a caminar.

Un beso

Carmen dijo...

¿No somos ángeles, Emilio? Pues yo de vez en cuando despliego unas bonitas alas ;D

Caminando, volando o nadando, lo importante es que no reneguemos de nuestras realidades, pero tampóco renunciemos a soñar.

Un beso