domingo, 14 de noviembre de 2010

Vaciar el tiempo


No todos los tiempos son iguales. Al menos existen tres grandes mitos por los que transitamos los humanos, según sean nuestra cultura, estilos de vida y estaciones del año. Como cuenta el filósofo Jesús de la Pienda, existe el tiempo “lineal”, muy propio de nuestras latitudes occidentales, o sea, la idea de que todo empieza y todo acaba, es como una línea sin principio ni fin en la que se sitúan todas las cosas que tienen duración. Los calendarios, por ejemplo, son lineales. Un día nacimos y otro moriremos. No hay más.

El segundo mito es el tiempo “circular”, muy propio de las cultural orientales. Se basa en la creencia de que el tiempo del universo entero, con todas sus criaturas, gira en círculo, una rueda cósmica, de creaciones y destrucciones sin fin, volviendo una y otra vez a sus orígenes. El tiempo cíclico es el de las reencarnaciones propiamente dichas del alma humana, sometidas a la ley del karma, o sea, el principio de la causalidad universal o de la consecuencia de la conducta humana. Nada empieza y acaba, sino que todo está en movimiento continuo, en una danza inacabable donde lo que no se resuelve hoy tal vez se aclare en otra vida.

El tercer y último mito es el del tiempo “simultáneo”. Es el que domina la mente de los pueblos negroafricanos de cultura bantú. El tiempo lo constituyen los acontecimientos. Sus calendarios son históricos-biográficos y se confeccionan según lo que le ocurre a la tribu, al clan o a la familia. El día no se divide en horas, sino en momentos marcados principalmente por el Sol, la Luna y en función del cuidado del ganado. El reloj-máquina no existe, ni, por tanto, la enfermedad del estrés ni tantas otras que la vida occidental acarrea.



Xavier Guix.



Tengo la sensación de que en nuestro mundo occidental no hemos entendido demasiado bien el concepto de tiempo. Tenemos la vida compartimentada, estructurada en función de unos horarios; un tiempo para cada cosa y cada cosa a su tiempo. Y si nos sobra un hueco, lo llenamos con más actividades. Lo que nos obliga a correr tras él, sin apenas disfrutar de la vida. Seguramente porque no hemos aprendido a dejarnos fluir y sentimos cierto temor a no saber qué hacer con el tiempo libre, a la posibilidad de encontrarnos a solas con nosotros mismos.
Estaría bien que en nuestro pequeño mundo planificado nos reservaramos un tiempo para vaciar, en lugar de seguir llenandolo.


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9 comentarios:

Contrapunto dijo...

Cada cosa necesita su tiempo,
nos agobiamos por la prisa para hacer cosas

Pero hay otro tiempo que es el destinado a pensar, que es íntimo y del cual nosotros somos los únicos responsables de administrarlo como corresponde.
Un beso

Pluvisca dijo...

El tiempo no existe, lo creamos nosotros, y como tal, podemos dejarlo de lado o montarlo a nuestra medida.

Pero preferimos seguir a la manada, es mas fácil, no hay que reflexionar...

Un beso grande mi niña

Carmen dijo...

Lo que nos sucede a muchos, Contrapunto, es que nos llenamos los dias con tantas actividades (algunas inútiles) que vamos restando horas, minutos, segundos al tiempo destinado al reencuentro con nosotros mismos. Y cuando ese reencuentro se produce, nos coge fuera de juego.

Por lo general no encajamos bien eso de "vaguear"

Feliz domingo

Carmen dijo...

Pluvisca,

El tiempo no existe, pero existe.

No sé como hemos llegado a este punto de tener que ir detrás del tiempo. La realidad es que necesitas seguir un ritmo, porque vivimos en una sociedad que así nos lo demanda.
Salir de esa rueda, es complicado, por no decir imposible; al menos en determinadas etapas de nuestra vida.
Lo que sí está en nuestra mano, quizás, es hacer una buena gestión de nuestro "tiempo libre" y no dejarnos arrastrar por los demás.

Feliz domingo.

Toni dijo...

Alguien dijo que el tiempo es un gran maestro...lo malo es que va matando a sus discípulos.

Salu2

Carmen dijo...

Ese alguien sabia bien lo que decía. Muy acertada reflexión.

Un beso

Tita dijo...

Toda la razón te doy, vamos persiguiéndolo constantemente: horas, días, semanas, meses, años desde el primer día del calendario al último.

Es tremendo, y difícil de romper, no le veo salida, tantos compromisos entrelazados.

Me dejas pensativa...

Un abrazo

Flautista de Neón dijo...

En una sociedad consumista como la nuestra, el tiempo tiene que ser dividido, marcado, organizado y con tareas programadas, porque si no lo hacemos así, la vida sería un caos.
Sin embargo, siento como sienten los orientales, en línea circular. Y cuando estoy de vacaciones, me desconecto del reloj, y vivo el día a día según las apetencias, según salga el sol, según mi cuerpo me pida comida,...

Curioso, ¿verdad?.

Un abrazo cálido, Carmen.

Tita dijo...

Un favor Carmen, hoy es 20 de noviembre, día del niño, y quiero conseguir que todos los que conformáis mi blogroll os unáis a esta campaña contra la PORNOGRAFÍA INFANTIL.

Insertaló en tu blog hoy ¡gracias!
Puedes copiarlo de aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=wkfx1czQBsw