sábado, 13 de diciembre de 2008

Diez minutos para querernos.


En el devenir cotidiano apenas si encontramos tiempo para el descanso y cuando por fín nos llega, con cierta frecuencia disponemos de ese tiempo libre para satisfacer a los demás o cumplir con guiones sociales, aparcando de ese modo nuestros propios deseos y necesidades.

Nos ignoramos, dejamos de lado nuestras apetencias y gustos, encaminandonos a un espacio donde nuestras aspiraciones no caben, pues hemos adquirido el hábido de restarles importancia , dejando así de procurarnoslas.

Hasta que llega el momento (¡siempre acaba por llegar!) en que reclamamos esa atención, más como una exigencia que como una petición, pues aunque hemos sido nosotros mismos quienes nos hemos postergado a un segundo plano , sentimos a los demás como nuestros deudores.

Olvidamos reservarnos una parcela; un espacio para centrarnos en uno mismo durante un tiempo, aunque sea breve. Regalarnos un respiro al dia para encontrar el equilibrio psíquico, para reencontrarnos con nosotros mismos y conocernos un poco mejor.

Diez minutos :

Para aislarnos de nuestros problemas y preocupaciones.
Para relajarnos de las obligaciones.
Para tener constancia de que también nosotros somos importantes.
Para conectar con nuestro cuerpo y nuestra mente.
Para conocernos mejor.
Para sentirnos.
Para abandonarnos a la nada.
Para querernos.

1 comentario:

Pluvisca dijo...

Es un ejercicio corto y nos puede enriquecer un montón.

A veces pienso que nos han educado tan mal, que somos incapaces de ver esto como algo de lo mas natural y necesario.

Gracias Carmen.

Un beso.