miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ternura




¿Te imaginas un día sin una sonrisa, sin una palabra de ánimo?

Con cierta frecuencia tendemos a confundir ternura con sensibleria, con cursilada. Nada más lejos de la realidad; la ternura es sensibilidad, compatible con la firmeza, y hasta con la contundencia.

La ternura es aproximación al otro, es caricia sin afán de posesión, es palabra sin imposición, sin exigencias.

La ternura es complicidad, es afecto compartido, es abrazo que alivia, es mirada que acaricia, que arropa. Cuando aparece es inconfundible.

Donde aparece la ternura, desaparece la violencia, la agresividad.

Cuando sabemos dar ternura y también sabemos recibirla, nos damos cuenta de que se halla presente en todas partes: en un perro, en un amigo o en un desconocido

Lástima que sea tan infrecuente.

¿Habéis analizado alguna vez esta emoción que llamamos ternura? ¿Es alegre, es triste la ternura? ¿No parece más bien la ternura una semilla de sonrisa que da el fruto de una lágrima? En el enternecimiento sentimos angustia precisamente por aquello mismo que nos causa placer. Así la inocencia nos encanta porque se compone de simplicidad, pureza, insuspicacia, nativa benevolencia, noble credulidad. Mas precisamente estas cualidades nos dan pena porque la persona dueña de ellas será víctima de los dobles, impuros, suspicaces, malévolos y escépticos que pueblan la sociedad. La inocencia no nos entusiasma, la inocencia no nos enoja, la inocencia nos enternece.

Ortega y Gasset


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10 comentarios:

Paco Mira dijo...

Me encanta la ternura de una madre con un hijo recien nacido es algo muy especial, son momentos que la mujer tiene es don tan especial, la ternura con su hijo recien nacido entre sus pechos.

Un abrazo.

Contrapunto dijo...

Soy un tierna, me derrito con la carita de un bebé, la sonrisa de un niño, un animalito
La ternura a veces produce tristeza, cuando se trata de las personas mayores, de los indefensos

Sentir ternura es tener el corazón lleno de amor.
Seamos tiern@s.
Un beso

emilio dijo...

Me encantan las lágrimas de ternura...
Quien la pueda confundir con sensibleria, peor para él, no sabe lo que se pierde.
Me pone sensible desde un bonito amanecer, una bonita foto como la que pusiste, hasta un cántico de ánimo de una afición a su equipo en un terreno de juego...
Soy así y me alegro de no tener ya remedio.

Saludos desde mañolandia.

Pluvisca dijo...

Para mi la ternura siempre ha sido una emoción agridulce, pero de esas de las que nunca quisiera dejar de sentir.

Par mi es uno de los sentimientos mas auténticos.

Ahora mismo , hace nada, he sentido una gran ternura escuchando a mi hijo hablar de como esta tarde, vió a su bebe en la eco, como escuchó su corazoncito...bufff

Un abrazo tierno preciosa

Tita dijo...

Para mí la ternura también es agridulce. Sentir ternura por algo y no poder manifestarlo, abrazando, besando o diciéndolo me desasosiega. Por lo mismo, poder demostrar ternura, o que me la demuestren es ¡glorioso!

Un abrazo Carmen

Carmen dijo...

Sin duda, Merl, has escogido uno de los instantes que más ternura producen.

Un abrazo.

Contrapunto,

La ternura y el amor hacen un perfecto tandem.

Un beso.

Emilio,

¡ Qué belleza hay en esa lágrima que escapa de unos ojos que emanan ternura !

Un saludo desde los madriles.

Pluvisca,

Uffff se te avecina una avalancha de ternura. Estoy segura de que la viviras con intensidad.

Un beso.

Tita,

Para mi la ternura es sentimiento a flor de piel, y me gusta declararme "tierna" sin ningún pudor.

Un beso.

Reflexiones de Emibel dijo...

Qué sentimiento tan hermoso el de la ternura pero tienes razón, tan infrecuente. Reconozco que poquitas cosas me provocan ternura, te diré que los animales y los bebés.
Gracias por escribir tan precioso y lo que más me gusta es que me haces reflexionar.

Perdona el retraso, Carmen, pero no sé por qué motivo no se me actualiza tu blog.
Besicos guapa.

Carmen dijo...

Emibel,

Estoy reflexionando sobre la frecuencia o infrecuencia de la ternura, pues desde que escribí esta entrada resulta que escucho hablar de ella con más frecuencia.
¿Acáso somos nosotros los que no nos fijamos en ella lo suficiente? Tal vez es que vamos con demasiadas prisas por la vida.

Sí parece que hay un problema con los feeds de algunos blog y a este mio le ha tocado, espero que los de blogger hagan algo; mientras tanto os pido/sugiero que os paseis de cuando en cuando a hacerme una visita, siempre grata.

Un beso, guapa.

Reflexiones de Emibel dijo...

Puede ser que tengas razón, Carmen, que vamos a nuestra bola sin fijarnos detenidamente en las necesidades de los demás.
En la vida vas acumulando un bagaje de alegrías, decepciones que casi la ternura pasa a segundo plano ó la reservas para lo más íntimos, por miedo a ser decepcionada por los demás.

Sí, debe haber algun problema, me pasa con el tuyo y con Teresa pero lo haré, entraré todos los días,como ahora, por si acaso.
Besitos tiernos, amiga.

Flautista de Neón dijo...

Bueno, Carmen, no suelo hablar mucho de ello, pero llevo la ternura en mi corazón, y la extiendo a casi todos los campos, con claras excepciones.

Yo, asocio ternura, con dulzura.

Y creo que gracias a ella, la vida sigue su curso.

Un abrazo tierno, amiga mía.