jueves, 4 de diciembre de 2008

Los hijos


Hay un periodo en que los padres quedamos huerfanos de nuestros hijos.Ocurre cuando ellos crecen independientes de nosotros, como árboles murmurantes y pajaros imprudentes. Crecen sin pedir permiso a la vida, con una estridencia alegre y a veces, con alardeada arrogancia.
Pero NO crecen todos los días...crecen de repente.

Un día, se sientan junto a tí y con increíble naturalidad, te dicen cualquier cosa que te indica que aquella criatura, hasta ayer estaba en pañales y andaba con pasitos temblorosos e inseguros, creció.

¿Cuándo creció que no lo percibiste?...
¿Dónde quedaron las fiestas escolares, los juegos en la arena, los cumpleaños infantiles,las reuniones de los domingos todos juntos en la cama...?
Crecieron en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil.

Y aquí estamos nosotros, con el pelo cano...
Y son nuestros hijos; a los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las noches en vela, de las malas noticias y la dictadura de las horas.
Ellos crecieron observando y aprendiendo de nuestros errores y nuestros aciertos; principalmente de los errores que esperamos no repitan...

Hay un período en que los padres vamos quedando huérfanos de hijos.
Ya no los buscamos en las puertas de los colegios y los cines.
Pasó el tiempo del fútbol,de la gimnasia rítmica, del atletismo, del voleybol...
Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Tal vez, debimos haber acudido más junto a su cama, por la noche, para oír a su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia; y cuando fueron adolescentes, a los cubrecamas de aquellas habitaciones cubiertas de fotografias, posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

Pero, crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto.
Al principio nos acompañaban al campo, a la playa, a piscinas y reuniones de conocidos.
Y había peleas en el coche por la ventana, por las chuches o por la música de moda.

Después llegó el tiempo en que viajar con los padres se transformó en esfuerzo y sufrimiento: no podían dejar a sus amigos y a sus primeros amores.

Y quedamos los padres exiliados de los hijos. Obtuvimos la soledad que siempre habíamos deseado...

Y nos llegó el momento en que sólo los miramos de lejos, casi siempre en silencio, y esperamos que elijan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo del modo menos complejo posible.

Las personas sólo aprendemos a ser hijos, después de ser padres y seguramente aprenderemos a ser padres, después de ser abuelos...

(Adaptación libre e interesada de pps)

¡ Os quiero con toda mi alma !

2 comentarios:

Tita dijo...

¡Esa mami!

Estupenda adaptación, desde luego tiene tu toque, me encanta ¡y me la apunto!

Besos

Pluvisca dijo...

¡¡¡anda...y yo tambien me lo apunto!!!

Emotivo, me has hecho sentir algún que otro cosquilleo...estamos en el mismo barco...

Un abrazo