miércoles, 7 de octubre de 2009

Buscando el equilibrio


"La razón es muro clavado en tierra; el sentimiento es vela ondeando al viento. La razón nos aterriza porque nos sujeta las neuronas; el sentimiento nos eleva porque nos libera el alma.

Razón y sentimiento son nuestras llaves, nuestras piernas, nuestras columnas. A veces, nuestras anclas; a veces nuestras alas.

Los dos los necesitamos porque con ellos caminamos, retrocedemos, cojeamos, caemos, saltamos, danzamos, tropezamos. Subsistimos.

Y un día llega el momento de la gran decisión, aquella que va a significar continuidad, desvío o quiebro en nuestra vida.

La razón se justifica con las palabras, porque tiene y es argumento; es el peso de la evidencia. El sentimiento se expresa con los gestos, porque tiene y es impulso:es el latido de la emoción.

¿En qué nos vamos a apoyar? ¿En la razón o en el sentimiento?

Lo que empezó por la emoción sólo puede acabar por la desemoción. Tratar de cerrar con razonamientos lo que se abrió por el sentimiento es echar levadura a los estragos del tiempo sin entendimiento. La llave que abrió aquella puerta es la misma que podría cerrarla.

Por eso, cuando la vida cruje, es importante volver el alma hacia al sentimiento. Deshablar lo mal hablado, desdecir lo mal dicho, despensar lo mal pensado. Y volver a mirarse con la vibración más profunda y comprometida con uno mismo: la de los propios sentires. En lo más trascendente, hay que dejarse de hablar y envolverse de sentir."

Ángela Becerra.


Ángela Becerra es una escritora a la que sigo, porque en muchas ocasiones conecta sus palabras con mis sentimientos.
Hace tiempo que leí este texto en un periódico local; lo recorté y cuando algo en mi vida cruje, lo vuelvo a leer para tratar de encontrar el equilibrio entre la razón y la emoción; un equilibrio nada fácil de encontrar.

Estoy de acuerdo con ella en que a veces hay que dejar de prestar tanta atención a la razón y dejarse llevar por lo que nos dicta el corazón, porque hay situaciones en las que ese primer impulso es el que nos lleva a la decisión más acertada.

Aunque, disiento de ella, en que no siempre ha de ser así, a veces es necesario darse un respiro, parar los resortes del sentimiento que nos impulsan a actuar, en ocasiones precipitadamente y coger cierta perspectiva de la cuestión y pararse a razonar, porque aunque no siempre la razón entiende las razones del corazón, a veces es necesario hacerle un poquito más de caso y pararse a reflexionar.

Sí, no resulta nada fácil encontrar el equilibrio; cuando eso me sucede echo mano de la coherencia.

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4 comentarios:

Pluvisca dijo...

Hola Carmen, fijate que estoy leyendo yo ahora a Angela Becerra y me está gustando mucho.

En el escrito que pones, estoy totalmente de acuerdo, lo que se abre de un modo se cierra de la misma manera, pero estamos muy enganchados a la razón...para no sufrir

Un abrazo

Tita dijo...

Pues supongo que das en el clavo, Carmen...utilizar la coherencia para dirimir esos enfrentamientos entre ambos.

A veces el corazón es imprescindible, y otras la razón es impepinable. No hay reglas a seguir, siempre bregando.

Un abrazo ¡muac!

Carmen dijo...

Pluvisca,

De Ángela Becerra he leido "Los amores negados" y "El penúltimo sueño", me gustaron, pero me identifico más con sus escritos para la columna del periódico.

¿Crees que se sufre más cuando utilizamos la razón? Yo creo que en ocasiones es el corazón el que nos juega las malas pasadas.

Tita,

Sí, al final es la coherencia la que suele poner el contrapeso, en un intento de que la balanza se desequilibre lo menos posible.

Abrazos, chicas.

Flautista de Neón dijo...

Razón? o Corazón?

He ahí la cuestión.

En muchas ocasiones, el debate por por sacar una conclusión está servido.

Lo mejor, poner en la balanza las cuestiones, y buscar una decisión adecuada.

Un saludo.