domingo, 15 de noviembre de 2009

Me preocupa mi Mundo


Me preocupa mi Mundo. Me preocupa el Mundo que vamos a dejar a las próximas generaciones.

Hemos tomado prestada una Tierra y la hemos hecho nuestra a la fuerza, pisoteando su belleza, intentando que se doblegue a nuestro antojo en busca del propio interés, del beneficio momentáneo, aunque suponga la pérdida a largo plazo.

No hemos heredado la Tierra de nuestros padres. Son nuestros hijos los que nos la prestan para que cuidemos de ella, y mucho me temo que no lo hemos entendido de este modo.

Cuando era niña aún pude jugar cada invierno con la nieve, en Madrid.
La esperabamos con gran ilusión, con nuestras bufandas, gorros y manoplas preparados; y fiel a su cita, no faltaba ningún invierno. Cuando llegaba, solian ser dias sin colegio por la cantidad caída, lo que nos permitia salir a la calle y disfrutar de lo lindo con los niños del barrio.

Mis hijos han tenido que recorrer muchos kilómetros para encontrarse con ella, y a menudo ha de ser ayudada por cañones artificiales de nieve. Las calefacciones, los coches, las chimeneas de las fábricas... hacen imposible su aparición; todo lo más, cuatro copos que al primer rayo de sol desaparecen.

¿ Podrán las próximas generaciones disfrutar de semejante acontecimiento natural?



Me preocupa mi mundo. Me preocupa el Mundo que dejaremos a los que nos siguen.

Dicen que el ser humano es tan torpe que no valora lo que tiene hasta que lo pierde, la verdad algo de razón no les falta a quienes lo dicen. ¿Acáso no añoramos ese exquisito tomate recién traido de la mata, ese vaso de leche recién ordeñado, ese pan que acaba de salir del horno...? Nos conformamos con un tomate bonito, igual a sus hermanos, coloradito, pero sin apenas sabor; con un vaso de leche que vete a saber cuándo ordeñaron y con un pan que lleva congelado unos cuantos dias. ¿ Todo sea por el progreso? ¿ Es este el precio que hay que pagar?

Quiero seguir extasiandome ante ese maravilloso ocaso que cada día contemplo desde mi ventana; quiero perderme en los bosques y llenar mi alma de emociones, quiero seguir maravillandome ante esas pequeñas florecillas que nacen en los lugares más áridos; quiero dar rienda suelta a mi ternura ante ese ternerillo que mama de la ubre de su madre... Pero sobre todo, quiero que mis nietos y los hijos de mis nietos y los hijos de los nietos de todos nosotros también puedan seguir disfrutando de estas pequeñas cosas que nos proporcionan la felicidad. No quiero para ellos Mundos imaginarios ni digitalizados ni burbújas asepticas y estériles. Quiero que se empapen de lluvia y que chapoteen en los charcos y se llenen de barro.

Quiero que los gobiernos de todos los paises hagan TODO lo que tengan que hacer para que nuestro bello Planeta no muera lentamente.

7 comentarios:

Pluvisca dijo...

Hermoso alegato Carmen.

Siento lo mismo que tu, pero soy pesimista en cuanto a que tomen medidas, y si lo hacen, tardaran hasta el último segundo, cuando todo apremie, y será demasiado tarde.

¡¡¡Ojala me equivoque!!!

¡¡¡Ojala se conciencien de que sin naturaleza vamos a desaparecer todos!!!

Un abrazo gordo mi niña

Reflexiones de Emibel dijo...

Tienes razón,Carmen, a mí tampoco me gusta el Mundo que vamos a dejar en herencia a nuestras futuras generaciones.
Recuerdo, de niña, viviendo en un pueblo de Teruel, las grandes nevadas donde, como dices, hacíamos muñecos de nieve, jugábamos en la calle sin peligro, la comida tenía otro olor, otro sabor. Ahora todo tiene el mismo sabor a madera.
En Zaragoza el año pasado cayó una buena nevada y era algo insólito, los niños disfrutaron jugando con ella y yo, tras la ventana, recordabami niñez.
Hoy la tecnología avanza pero a un precio demasiado caro.
Besicos "níveos" , guapa.

Flautista de Neón dijo...

Cuánto te entiendo, Carmen.
Dame tu mano, que grito contigo para que este mundo no se estrope más de lo que está.

Creo que soy un privilegiado por estar viviendo en mi isla, aún con muchas cosas de las que puedo disfrutar, en medio de tanta tecnología y tanto progreso.

Pero, ¿sabes?, la única vez que he visto y tocado la nieve en mi vida, tuve que viajar fuera de la isla, y subir al Teide, hace casi 20 años.

Un abrazo.

Contrapunto dijo...

No sé que mundo dejaremos a nuestros descendientes,
pero quiero ser optimista, la naturaleza es muy sabía, se regenera por si misma
a pesar de nuestras agresiones,
porque no confío en nuestros dirigentes ni en el ser humano.

emilio dijo...

Imposible, tendría que cambiar todo, gobiernos, empresas, petroleras.

Damos pasitos tan pequeños y la destrucción avanza tan rápida, que por desgracia soy de los que creo que nos ganará.
Ya ves que ni Obamas ni leches, una pena, todo por el puto interés... en fin que me cabreo con estas cosas, un saludo y buena tarde.

Paco Mira dijo...

Me puedo considerar afortunado, vivo en la misma montaña, mis paseos son por el monte, aunque me fastidia ver cartuchos de perdigones en el suelo, botes de refrescos, mucha gente confunde la montaña en un contenedor de basura y desarmados con motos de trail por los senderos.
El planeta nos lo estamos cargando, antiguamente por Noviembre los altos de mi pueblo algunos días amenecian blancos, en cambio este mes, muchas veces confundo el otoño con la primavera, por el monte tienes que empezar quitarte ropa, cuando años atras era la inversa, subias para arriba tenias que abrigarte....
Como el planeta siga calentandose de esta forma, nos vamos a volver locos, o nos dedicamos TODOS a cuidar la base del ser humano que es la TIERRA, o esto se puede ir al garete, quizas pocas generaciones lo puedan disfrutar, en fin vivimos en la era de la contaminacion, confundimos PROGRESO con ensuciar, ese el gran problema. La tierra no es nuestra, es todas las generaciones que hubieron, las del presente, las del futuro, olvidamos que no somos los últimos inquilinos, que la cadena del ser vivo sigue reproduciendose.

Por cierto en el norte de la montaña de Alicante nada tiene ver con la playa ni su clima, es un mundo desconocido para muchos su sierra de Aitana, pero no lo digasís a nadie....que estamos muy tranquilos por las alturas.

Un abrazo.

Carmen dijo...

Pluvisca,

Espero, deseo que las nuevas generaciones aprendan de los errores de sus antecesores y esten lo suficientemente preparadas como para intentar enmendarlos. Hay que ser positivos.

Un beso, reina.

Emibel,

Sí, creo que el precio por vivir en un mundo ¿civilizado? es demasiado caro. Espero que nos lo sepan perdonar nuestros nietos, bisnietos...

Un beso.

Flautista,

Por supuesto que eres un privilegiado por vivir en esas islas afortunadas, pero , de seguir como hasta ahora, ¿hasta cuándo?

Qué maravilloso espectáculo ver nevar y salir a disfrutarlo ¿verdad?

Un abrazo.

Contrapunto,

También yo confio en la madre Tierra, pero he visto documentales que dejan sin aliento. Los efectos están ahí y lo que habria de ocurrir en un largo periódo de tiempo, el ser humano lo acelera y la Naturaleza apenas puede reponerse.
Confiemos... y pongamos nuestro granito de arena.

Un beso.

Emilio.

A mi también me cabrea ver tanta hipocresia. Menos palabreria y más hechos.
Mucho poner el dedo acusador en el ciudadano, cuando ellos saben que son sus políticas las que contaminan y destruyen. Ufff

Un abrazo.

Merl,

Es cierto, que pena de montes llenos de basura.
Cuando veo por la tele cómo se queman me entra una gran tristeza y una enorme indignación.
¿Cómo es posible que siga existiendo gente tan descuidada, tan inconsciente, tan perturbada?
Disfruta, tu que puedes, de tu bonita tierra.

Un abrazo.