domingo, 24 de abril de 2011

Avanzar



Aparentemente, de vez en cuando los adultos se toman el tiempo de sentarse a contemplar el desastre de sus vidas. Entonces se lamentan sin comprender y, como moscas que chocan una y otra vez contra el mismo cristal, se inquietan, sufren, se consumen, se afligen y se interrogan sobre el engranaje que los ha conducido allí donde no querían ir.
 Del libro La elegancia del erizo de Muriel Barbery


A menudo tengo la impresión de que vivimos como autómatas, haciendo las mismas o parecidas cosas día tras día, rodeados del mismo entorno, acumulado una cantidad más o menos notoria de certezas, de hábitos, de costumbres y rutinas que nos hacen más llevadero el discurrir de nuestros días. Aislados en  una burbuja de seguridad,  dentro de un mundo de inseguridades.

Hasta que, con un poco de suerte, un día despertamos para darnos cuenta de que el mundo avanza, mientras nuestro mundo  permanece anclado en una monótona y rutinaria cotidianeidad . Y entonces cuestionamos nuestras certezas, nos paramos a escuchar esa voz interna que nos habiamos empeñado en acallar.

Y hasta puede que tengamos el valor de enfrentarnos a ese muro interno de la resistencia que nos impidió dar el paso
 
Cambiar es toparnos cara a cara con todo lo que no nos gusta de nuestra vida, es asumir decisiones no siempre cómodas , es codearse con el miedo a lo desconocido y supone la inevitable ruptura de nuestra burbuja de seguridad para poder enfrentarnos a lo nuevo.


¿Nos atreveremos a ser libres?


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4 comentarios:

Tita dijo...

Creo que la libertad empieza por decidir quedarse uno donde está, agusto y calentito, aunque sea una mierda como decía el chiste...

Elegir, eso es libertad, y saber aceptar lo elegido. El miedo también es libre, eso sí. Elegimos dominarlo o que nos domine.

Todo es libertad, todo es elección. El trabajo está en aceptar lo viejo o el cambio.

Pd. Entre tú y Pluvis me empujáis con unos y otros post a ir a por La elegancia del erizo sin remedio!!

Besos

Contrapunto dijo...

Pienso que cada día avanzamos un paso, no podemos retroceder.

Elegir quedarnos como estamos, que no es "poco", también requiere un esfuerzo.

Con todo solo pido ·Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy.
Un abrazo

Pluvisca dijo...

Ya he vueltooooooo!!!

Ay Carmen, el cambio implica novedad y los humanos somos rutinoides...muy pocos se dejan asomar por el canto de su burbuja...asi estamos todos...

un abrazote

Carmen dijo...

Gracias amigas por vuestros comentarios, siempre tan acertados.

Besos y abrazos apretaos