sábado, 9 de abril de 2011

Mañana seré feliz


A pesar de haber creado todo tipo de aparatos para ahorrar esfuerzo y tiempo, empezamos a tener la sensación de que disponemos de menos tiempo para nosotros que cualquier otro humano en la historia   Jeremy Rifkin (presidente de la Fundación de tendencias económicas de Whasington)

En cincuenta años hemos multiplicado varias veces nuestra capacidad adquisitiva y, sin embargo, nuestros índices de felicidad permanecen igual y, lo que es peor, las depresiones se han multiplicado por diez en los paises desarrollados. Nuestra felicidad está en la sala de urgencias: dos de los medicamentos más vendidos en el mundo son los antiulcerosos y los antidepresivos. Es decir, estrés y tristeza. En este top ten de los fármacos, los líderes de ventas son los reductores de colesterol producido por la alimentación excesiva e inadecuada. En un mundo donde parte de la población pasa hambre, otra parte ha de medicarse por exceso de grasas. Y los miedos nos hacen más propensos a las enfermedades y a "dejar pasar la vida" en vez de involucrarnos en ella.

 Elisabeth Kubler-Ross, medico que trabajó con enfermos terminales durante casi cuarenta años, escribió que las personas nos lamentamos de dos cosas antes de morir: de no habernos reconciliado con alguien, un familiar generalmente, y de no habernos atrevido a hacer más cosas.

Fuente: "No miedo" Pilar Jericó

8 comentarios:

Contrapunto dijo...

Yo quiero ser feliz HOY, y lo soy en muchos momentos del día.
La Dra.Elisabeth Kubler-Ross, de la cual he leído muchos libros que me han servido de ayuda, tiene mucha razón en lo que dice.
Las cosas que producen mas estrés y tristeza son las rencillas familiares y aquello que pudimos hacer y no lo hicimos.
Un beso.

Carmen dijo...

También yo intento hacer un huequito a la felicidad cada día; aunque creo que somos muy dados a aplazarla.

Tienes razón en cuanto a las rencillas familiares y a los desencuentros; son unos grandes generadores de tristeza. Algo que deberiamos tener en cuenta antes de enfadarnos.

Un beso, guapa

Pluvisca dijo...

Buena reflexión Carmen.

Yo diría que cuando vaya a irme de aqui, no creo que diga que me falta hacer cosas, mas bien lo contrario, menos cosas y haberlas saboreado mejor.

la felicidad no se lo que es, si se que tal vez se saborea a pequeños bocaditos, como esos canapes miniatura, tan ricos y tan escasos...

Un abrazo

Tita dijo...

Es triste de verdad. Creo que parte del error es comparar épocas y lugares, otros u estos tiempos.

En lugar de aprender a vivir allí donde estemos, con quien estemos y con lo que tengamos.

Dicen que el más fuerte es el que mejor se adapta. Y muy poca gente de nuestra época creo que sepa hacer eso.

Abrazos

Carmen dijo...

Pluvisca,

Yo creo que si me fuera ahora (toco madera)si diria aquello de que me faltan cosas por hacer, aunque es cierto que lo que he hecho hasta ahora lo he vivido y/o disfrutado.

Un abrazo

Carmen dijo...

Tita,

Creo que tendemos a compararnos "a lo alto" y eso suele resultar muy frustrante; aunque en algunos casos también puede servir como motivación.

Tenemos tantos estímulos y estos se suceden a tal velocidad que nos es complicado adaptarnos, quizás por eso somos menos fuertes a las presiones emocionales. Lo queremos todo y ya.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo creo que hemos avanzado para muchas cosas, pero hemos retrocedido en las más importantes y en las que daban la felicidad, como el juntarnos más con la familia, etc.

Carmen dijo...

Tienes toda la razón Danygirl, hemos progresado en lo técnico, pero hemos retrocedido en lo afectivo. Un precio demasiado caro.

Un beso