domingo, 10 de mayo de 2009
¿Cambiar o morir lentamente?
Los cambios en la vida son , por regla general, necesarios para evolucionar, sin embargo uno de los mayores temores del ser humano procede de esa necesidad de cambio.
El cambio trae consigo la posibilidad del fracaso, el rechazo, la decepción y el dolor, a la vez que la posibilidad de que a pesar de obtener lo que se quiere, no se resuelvan los problemas después de todo.
Para superarlo, y asumirlo, hay que entender el cambio como algo natural, como también lo son la incertidumbre y el miedo que trae parejos, porque implican el paso de un estado conocido a otro desconocido, de unos hábitos a otros.
A veces sentimos la necesidad interna de que algo en nuestra vida tiene que transformarse, para ello es necesario que nos tomemos el tiempo necesario para obsevarnos, para escucharnos, para reconocer aquello que no nos gusta y que deseariamos cambiar.
Uno de los factores más importantes para poder asumir la transformación es la sinceridad con uno mismo. Tiene que llegar un momento en que dejemos de lado la tendencia a autoengañarnos para no complicarnos la vida.
Para poder cambiar nuestra situación tenemos que transformar nuestra conducta. Podemos imaginar que se vacía la mochila con la que cargamos en el caminar de la vida, se quita aquello que pesa pero que no es necesario, y así se puede seguir caminando y se puede llenar de nuevo.
Cuando se trata de cambiar hábitos, es necesario distinguir entre lo que constituye parte de la estructura de nuestra personalidad (y, por lo tanto, difícilmente modificable) y lo que sí se puede cambiar.
Quitar costumbres, vicios o manías siempre resulta penoso porque son conductas que se han incrustado de manera importante en nuestra manera de ser. Pero el esfuerzo del cambio siempre merece la pena.
A veces hemos de cambiar nuestro entorno: aspectos de la vida laboral , social o familiar que no nos gustan y que nos hacen sentir incómodos. Aquí los miedos son mayores, porque ya no depende tan solo de nosotros; aunque tal vez, el primer paso sea empezar por cambiar nosotros mismos
Seamos conscientes de que mientras no se produzcan los cambios, nos seguirán ocurriendo las misma cosas que hasta ahora; seguiran sin gustarnos las mismas situaciones.
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5 comentarios:
Mismas actitudes, mismos resultados, muchos quieren o tienen el deseo de cambiarlas, pero "no quieren" ese es el problema.
Cambiar implica esfuerzo y vencer miedos...
Carmen, muy buen tema, es par hablarlo y hablarlo.
Un abrazo
Pluvisca,
Qué bien viene una buena charla, con alguien que te puede abrir los ojos a nuevos horizontes u ofrecerte una nueva perspectiva del asunto.
A veces el obstáculo es tan simple (y tan complejo) como sentir que algo tiene que cambiar y no saber el qué.
Sí, larga charla requiere el tema.
Un beso.
Ahi queria yo llegar.....la personalidad se puede cambiar???por ejemplo...yo tengo un caracter mas bien serio....y reconozco que a veces un pronto muy fuerte y borde....y como te comente en un privado mi familia erre que erre con que cambie pero a mi me cuesta bastante y lo intento eh???yo creo que del todo no puedo cambiar aunque si suavizarlo un poco no?bs wapa,como me gusta tu blog,me ayudan mucho tus lecturas.;)
Hola Hada Azul,
Una cosa es la personalidad y otra el carácter; y sobre él sí podemos actuar.
Tienes que observarte y saber qué aspectos de tu carácter te gustaria cambiar, y con ayuda de la voluntad esforzarte día a día por conseguirlo... como el que deja de fumar, por ejemplo.
Pero a veces es necesario un cambio más profundo: un cambio en la forma de ver las cosas. Un cambio de actitud.
No es fácil, pero es posible , como dice Pluvisca, con esfuerzo y venciendo miedos.
Un beso.
Gracias Carmen.
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